Cárcel para los padres que agredan a los maestros
En la última sesión del año, la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires convirtió en ley el proyecto que agrega el artículo 74 bis al Código de Faltas, el cual pena con multas y hasta arresto a las personas que agredan verbal o físicamente a personal docente y no docente de los establecimientos educativos públicos y privados bonaerenses.
Según establece la nueva normativa, “sancionarán con arresto de entre 5 y 30 días o multas de entre el 50% y el 100% del haber mensual de un oficial subyacente de la Policía de la Provincia de Buenos Aires a la persona que, invocando un vínculo con el alumno, dentro del establecimiento de gestión pública o privada o en las inmediaciones, hostigue, maltrate, menosprecie o perturbe emocional o intelectualmente a un trabajador de la educación, sea docente o no”.
Ademas sancionarán a quien “insulte” a un docente o auxiliar “o provoque escándalo”, a quien “ejerza actos de violencia física”, “perturbe de cualquier manera el ejercicio de la función educativa” o “ingrese sin autorización a un establecimiento educativo y no se retire a requerimiento del personal docente o no docente”. Las penas también alcanzarán a quien arroje “un elemento de cualquier naturaleza” a un trabajador de la educación o “contra un bien de utilidad educativa”, con lo que se incluye a los edificios escolares. En ese sentido, las acciones mencionadas “ se duplicarán” en caso de cometerse frente a otros alumnos.
El proyecto, presentado por el Poder Ejecutivo provincial, había ingresado, meses atrás, a la Cámara de Senadores bonaerense, amparada por el presidente de la comisión de Educación y referente de Cambiemos, Juan Pablo Allan.
En su texto se advierte que la medida es motivada por “el notable incremento, en los últimos años, de acciones de violencia de padres y/o personas con algún vículo con alumnos sobre trabajadores docentes”.
Se informó que, a partir del trabajo de recolección de datos para impulsar este proyecto, se constató que el año pasado hubo un total de 230 casos. Todos fueron registrados dentro de escuelas o establecimientos educativos. Pero la cifra más impactante es que en ese período hubo 13 hechos sufridos por maestros en los que los agresores llevaron armas para amedrentarlos.