cultura
Carlo Goldoni, el creador de la comedia realista
La fina comicidad de sus obras y la cotidianidad de sus historias le permitieron a este escritor italiano del siglo XVIII una gran popularidad, aunque no lo salvó de morir en la indigencia.
Nació el 25 de febrero de 1707 en el seno de una familia burguesa con muchas dificultades financieras. Endurecido por todas las fatigas, tenía cinco años cuando su padre Giulio se instaló en Roma, dejándolo solo con su madre. Todos los aprendizajes ingratos los toleró con la esperanza de que servirían para conseguir lo que se quiere de la vida. Estudió Derecho y se licenció en Padua, pero cuando tuvo que afrontar su futuro profesional como jurista, huyó a Milán para perseguir su verdadero sueño: convertirse en el escritor teatral más importante de todos los tiempos.
La popularidad de Carlo Goldoni en Europa fue muy desigual a lo largo del tiempo: en el siglo XVIII, sus obras se representaron con frecuencia fuera de Italia, pero no siempre con sus textos originales, sino a través de adaptaciones. A raíz del estrepitoso fracaso de su primer melodrama lírico, Amalasunta, del que escribió el libreto, Goldoni supo que su futuro estaba en el teatro cómico. Una vez que regresó a Venecia, escribió su primera obra exitosa en 1738, La donna di garbo, que marcó el final de la interpretación “improvisada” en el teatro.
Sus biógrafos afirman que la reforma de Goldoni se debió al encuentro con Girolamo Medebach, un excéntrico magnate del teatro Sant’Angelo de Venecia. Tras abandonar la carrera de abogacía, una de sus primeras grandes obras la escribió para dicha compañía veneciana bajo el título La vedova scaltra. Incluso colaboró con el célebre Baldassare Galuppi en un gran número de óperas. Lejos de intimidarse por las críticas de sus adversarios y los propios actores, Goldoni sostenía que su aporte literario revolucionario se basaba en la recuperación de la dignidad literaria del teatro y en el paso de la comedia de “enredo” a la de “carácter”, centrada en la profundización psicológica de los personajes (hasta entonces no eran sino burdos estereotipos), con la eventual supresión de todo tipo de máscaras.
El comediógrafo logró paulatinamente ser reconocido por haber transformado la tradicional Commedia dell’Arte, inaugurando formas más realistas para el teatro italiano, con La locandiera, Arlecchino servitore di due padroni, la Trilogia della villeggiatura y otras obras que, sumadas, dan un número cercano a 300. Todas se tradujeron, recrearon o adaptaron a los estilos de cada nación como modelos de teatro leído o representado. Asimismo, fueron años de una intensa rivalidad con el dramaturgo y libretista Pietro Chiari, quien ocupó su lugar en el teatro Sant’Angelo e impuso la novedosa commedia fiebile (de lágrimas); dicha circunstancia obligó a Goldoni a trabajar en el teatro San Luca, donde permaneció hasta 1762. Tras haber aprendido francés para poder leer a Molière, que le había precedido en un siglo, Goldoni pasó a vivir en París y se retiró del teatro.
