¿Cómo alejar a los chicos de las pantallas después de 8 meses?

En las familias comenzó a gestarse una gran preocupación por la exposición a los dispositivos a los que se acostumbraron niños y adolescentes durante la cuarentena. Consejos de una especialista.

Desde los inicios de la cuarentena, chicos y grandes se volcaron de lleno a la tecnología para mantener en vigencia sus actividades diarias como el trabajo, las clases o el contacto con amigos. Ahora, pasada esa etapa y con la posibilidad de retomar actividades, muchas familias se preguntan cómo alejar a los más jóvenes de las pantallas después de tantos meses en los que funcionaron como lazo con el exterior.

“Este año fue muy atípico, la tecnología fue una gran aliada como medio para la sociabilización, no es buena ni mala en sí, depende del uso que se haga de ella. En el caso de los chicos, la OMS indica que antes de los dos años el uso de tablets o teléfonos tiene que ser nulo”, especificó a diario Hoy la licenciada en Psicología y experta en el trabajo con chicos y jóvenes María Laura Lezaeta.

En ese orden, Lezaeta marcó que entre los 2 y los 6 años el uso de dispositivos debe limitarse a una hora diaria y en lo posible utilizarse como medio para prácticas educativas o de aprendizaje.
“A partir de los 6 años en adelante, la recomendación es de una hora y media. En este contexto se hizo difícil pero es importante armar rutinas con los chicos, explicarles que el contacto con la tecnología lo van a tener pero que va a durar un determinado tiempo”, enfatizó la profesional.

La psicóloga subrayó que es muy importante que los padres y madres se involucren en el uso que hacen los chicos de la tecnología, que puedan ser partícipes de ese momento y que no sea solo un pase de manos de los celulares.

“Es importante que tomemos conciencia de que la responsabilidad sobre el tiempo de uso es nuestra. Puede ser un buen momento para reforzar los vínculos familiares e indagar más en los intereses de los chicos”, remarcó.

Repercusión en adolescentes

Lezaeta marcó que durante este tiempo y al hacer tantas actividades de modo virtual, los chicos más grandes sufrieron un “desgano” y sobre todo en aquellos con alguna dificultad mayor.
“Hay otros chicos que se sienten a gusto. Ahí como familia tenemos que estar atentos y propiciar actividades fuera del hogar, que hagan movimientos físicos porque el cerebro lo necesita. Podemos decirles que nos acompañen a hacer las compras, ir a la plaza, caminar un rato o andar en bicicleta”, aconsejó.

También afirma que pueden predominar emociones como el miedo, enojo o irritabilidad por no poder hacer todo lo que quisieran, por eso es importante estar atentos a que puedan tener espacios de recreación al aire libre.

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