ciencia
Confirmaron que la mayoría de los perros tienen algo de lobo en su interior
El estudio detectó que estos animales tienen niveles bajos pero detectables de ascendencia lobuna posterior a la domesticación.
Un estudio del Museo Americano de Historia Natural, en Estados Unidos, reveló que la mayoría de los perros actuales tienen niveles bajos pero detectables de ascendencia lobuna posterior a la domesticación, lo que probablemente ha moldeado características como el tamaño corporal, el sentido del olfato y los rasgos de personalidad. De esta manera, la mayoría de los perros modernos conservan fragmentos de ADN de lobo, y no de la antigua población que los originó, sino de cruces posteriores y repetidos con lobos salvajes a lo largo de los siglos.
El estudio analizó más de 2.700 genomas de perros y lobos, tanto antiguos como modernos, identificando rastros de herencia genética lupina en casi dos tercios de las razas caninas actuales, y en todos los perros llamados “salvajes” o “de aldea”, como los de África, aquellos que viven en estado semisalvaje cerca de asentamientos humanos. De esta manera, este descubrimiento desmonta una de las ideas más asentadas en biología evolutiva, que dice que, una vez domesticados, los perros se mantuvieron aislados genéticamente de sus antepasados salvajes, ya que al contrario de esto, parece que durante siglos, los cruces esporádicos con lobos no solo ocurrieron, sino que dejaron huella en su ADN y jugaron un papel evolutivo crucial.
Aunque la cantidad de material genético heredado es baja, apenas un 0,14% en promedio en razas modernas, estos fragmentos han sido conservados selectivamente porque ofrecían ventajas funcionales. Algunas de estas ventajas se relacionan con la percepción sensorial, como un mejor olfato; otras, con la adaptación a entornos extremos, como la altitud en el caso de los mastines tibetanos; e incluso con aspectos del comportamiento, como la independencia o la territorialidad. Por ejemplo, el diminuto perro chihuahua, uno de los perros más alejados morfológicamente del lobo, conserva aproximadamente un 0,2% de ADN lupino. Esto significa que incluso los perros más pequeños y adaptados a la vida urbana arrastran consigo una sombra genética del lobo ancestral.
