Costa atlántica: Barato en la playa, caro en la peatonal

El diario Hoy y la RED 92 recorrieron junto a un grupo de platenses las calles y las playas de los principales balnearios de la costa bonaerense en donde se dio un factor común: precios populares en las playas y paradores, y muy elevados en la zona del centro. Las vacaciones de Nicolás, Gisele y Mariano, un grupo de jóvenes de City Bell.

Caminar por Avenida Chioza en San Bernardo, calle 2 de Santa Teresina, la 3 de Villa Gesell o la Bunge en Pinamar constituye una experiencia relajante para todos los que salen de vacaciones a la costa bonaerense. Este el caso de Nicolás, Gisele y Mariano, cuatro jóvenes de City Bell que eligieron las playas del Sur de Villa Gesell para veranear.

Gisele es estudiantes de Educación físca y apunta terminar la carrera en los próximos años. Nicolás y Mariano trabajan, y pese a que el 2020 fue muy especial para todos, optaron por tomarse unas horas de relax a orillas del mar.

Al momento de salir buscar precios, sin embargo, a cualquier turista se le pueden poner los pelos de punta si pretende sentarse a comer un sábado a la noche en plena temporada de verano en una calle peatonal.

En la zona de la playa la situación cambia: los valores se mantienen casi igual que la temporada 2020 y hasta empiezan a observarse costumbres más saludables con el paso del tiempo, como la venta ambulante del pochoclo sin TAC (Trigo Avena y Centeno apto para celíacos) y las ensaladas de frutas y el agua mineral ganan protagonismo.

En el balneario de la parada 133 de Villa Gessel, por ejemplo, el agua cliente para tomar mate se cobra diez pesos. Un agua mineral de un litro y medio puede encontrarse a 110 pesos, mientras que en cualquier almacén u supermercado del centro no baja de los 130 o 150 según el lugar.

El pochoclo saludable (cocinado con productos sin TAC) se vende en tres tamaños: el paquete de 100 pesos, el de 150 o el de 200.

Los churros tienen el mismo valor que las bolas de fraile rellenas de dulce de leche y han sufrido un pequeño incremento en comparación al año pasado: la docena cuesta 380 pesos, pero la media docena solo se vende por 200 pesos y no por 190 que sería la mitad.

Los cubanitos rellenos (un clásico bien argentino en las playas bonaerenses) tiene un costo de 100 pesos, mientras que los panchos tienen un valor de 150 pesos, cuando en cualquier panchería del centro (o hasta incluso en La Plata) no bajan de los 180.

Para cenar o almorzar, en cambio, se exhiben carteles y pizarrones en peatonales o calles adyacentes que muestran precios variados. En algunos lugares, un plato de matambre a la pizza o al verdeo se ofrece a 580 pesos (sin bebida ni cubierto) mientras que en otros se puede llegar a pagar 850.

Una milanesa simple sin guarnición se vende en un restaurante a 450 pesos, y el valor puede elevarse hasta los 900 pesos si es completa con papas fritas o a caballo.

En cuanto a la estadía por grupo familiar para pasar un fin de semana en la costa, los valores oscilan entre los 3500 y los 7000 pesos por familia de hasta tres integrantes en un hospedaje cuatro estrellas de cabañas o apartamentos.

En playas populares como San Bernardo, Santa Teresita o Villa Gesell hay hoteles que ofrecen pasar la noche con desayuno por 2000 pesos por persona la noche y otros un poco más reconocidos de hasta 6 mil o 7 mil pesos por personas, como ocurre como una reconocida cadena internacional que está sobre la ruta 11, frente al casino de Pinamar.

Comer en la zona del puerto marplatense, en tanto, invita a pensar en desembolsar no menos de 1000 pesos por persona.

Una picada de mariscos completa con “frutos del mar” se ofrece a un valor no menor a los 3000 pesos, pero eso sí, pueden comer hasta cuatro personas.

Así, la costa bonaerense ofrece valores de todo tipo, que apuntan a unas vacaciones cortas, de un fin de semana o entre y cuatro días a lo sumo, para poder seguir adelante y llegar a fin de mes con algo de resto en el bolsillo.

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