El nacimiento del cine de ciencia ficción
Mucho antes de Star Wars o Blade Runner, un ilusionista francés creó el primer viaje cinematográfico a la Luna y abrió las puertas del género.
En 1902, Georges Méliès estrenó Le Voyage dans la Lune, una de las primeras películas narrativas de la historia. Méliès, mago e inventor, utilizó trucos de cámara, escenografías pintadas y efectos visuales que nadie había visto antes. La icónica imagen del cohete incrustándose en el ojo de la Luna se volvió parte del imaginario colectivo.
El film no solo deslumbró al público: demostró que el cine podía ir más allá de registrar la realidad y convertirse en una herramienta para crear mundos imposibles. Su mezcla de fantasía, humor y aventura influenció a generaciones de cineastas y estableció las bases del lenguaje de la ciencia ficción audiovisual.
La película también marcó uno de los primeros debates sobre derechos de autor: copias piratas circularon por Estados Unidos sin que Méliès recibiera un centavo. Décadas después, la crítica y la restauración cinematográfica le devolvieron el lugar que le correspondía como pionero absoluto del género.
