cultura

El secreto de las hojas

Las hojas de los árboles cambian drásticamente de color en otoño.

La modificación más profunda que llegan a experimentar las hojas son las llamadas ascidias. Consisten en que el pecíolo se ensancha y dilata, ahuecándose y originando una especie de ánfora o jarro panzudo, sobre cuya boca —para completar la semejanza— el limbo sirve de tapadera. Cuando llueve, el limbo se yergue y queda abierta ampliamente la boca de la vasija. Entonces el jarro se llena de agua. Cuando el tiempo es seco, el limbo se dobla sobre la boca de la ascidia y el agua queda defendida de la evaporación.

Los pobres viajeros sedientos encuentran pleno remedio a su sed cuando hallan, bajo el sol implacable, una de estas ascidias y levantando, ansiosos, el limbo que las cierra, beben del interior el caudal de agua mansa, fresca y límpida. Las ascidias pueden ser muy variables, pero la que acaba de describirse es una de las plantas llamadas Nepenthes, provenientes de los países tropicales, las cuales constituyen una familia muy singular.

Las hojas de los árboles que bordean las aceras y avenidas berlinesas solamente pueden ser recogidas por el personal municipal. Vale decir, nadie —excepto el municipio— puede disponer del follaje seco. Este significa una fuente de ingresos para el Ayuntamiento, pues las hojas secas se venden a los propietarios de jardines y granjas privadas, e incluso a instituciones estatales que las utilizan para proteger las plantas contra el frío, pero, sobre todo, para la fabricación de abono.

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