FundaCore: educación, solidaridad y cuidado del medioambiente

Virginia Carrizo realiza charlas en las escuelas para contar el procedimiento que se hace con las tapitas que juntan para la fundación.

Con la intención de formar a los niños para que sean adultos solidarios, comunitarios y colaborativos, Virginia Carrizo es la encargada, junto con Viviana Hernández, de realizar charlas en instituciones contándoles de la colecta permanente que realizan para comprar insumos para el Hospital de Niños. Con ella habló diario Hoy para conocer más de este proyecto.

—¿Cómo comenzó esto de las charlas en las escuelas?

—Todas las escuelas primarias y secundarias se están orientando al trabajo colaborativo entre alumnos: se busca hacer proyectos, ya sea entre materias o con un objetivo puntual. Muchas docentes se unieron porque juntaban tapitas en sus casas; y empezamos explicando el proceso que hacíamos: se juntan las tapitas, se seleccionan, después se venden, y con esa plata se compran insumos cardiovasculares para el hospital. Luego le preguntamos a cada docente qué orientación les daba a los alumnos, si era de reciclaje, y cómo colaboraban con otra institución.

—¿Cómo fue que llegaste a la fundación?

—Primero empecé en 2018 como colaboradora a juntar tapitas y llevarlas, y después me terminé quedando. La mayoría de los voluntarios son familiares de los pacientes. Somos pocos los que trabajamos dentro de la fundación, todos voluntarios, no cobramos nada.

—¿Cuáles son las tapitas que sirven?

—A veces la gente no se imagina que pueden ir las de lapiceras, la pasta de dientes, del champú, desodorante. Explicamos todo lo que junta la fundación. Además, se juntan latas, llaves, desodorante de uso personal. Les propongo que en sus casas junten y las acerquen a la fundación o en los puntos de recepción.

—¿Cómo es el proceso de selección?

—Nosotros tenemos una mesa grande de selección. Estamos todos con guantes. Se selecciona porque no siempre vienen tapitas adentro. Se descarta lo que no sirve, se pone lo seleccionado en bolsas de 20 kilos, se llenan, se cosen y se empiezan a guardar. Cuando hay 1400/1500 bolsas, la presidenta Pamela coordina para que Maxi Disel, que es un transporte que nos dona camión y acoplado para trasladar, más el combustible y pago del chofer, lo lleve a la recicladora.

—Y ese material, ¿en qué se convierte?

—La misma recicladora a la que se le venden las tapitas hace macetas, las compramos nosotros para después venderlas en la fundación. Hay mucha gente que por ahí junta tapitas y no saben para qué es; las charlas son para eso, para que todo el alumnado sepa dónde termina esa tapita. Para ellos por ahí es una pavada, pero eso después termina en insumos que nosotros compramos para el hospital. El juntar tapitas no solo ayuda a la fundación, sino que también a todo lo que es el medio ambiente, porque eso después vuelve a ser utilizado.

—¿Y se recauda en diagonal 80 esquina 116, donde se encuentra Fundacore? ¿O tiene otros puntos de recolección?

—Tenemos muchos colaboradores. Por ejemplo, Paula en Barrio Jardín, Titina en Castelli y Pepa en el barrio San Carlos, que tiene su negocio y se trae el auto lleno. Hay una peña de Boca de Berisso que también colabora. Cualquier institución puede acercarse para ayudar. Nos pueden contactar por Instagram o Facebook, allí están los lugares de recepción, o por teléfono al 1150638206. La idea es poder visualizar que es una fundación de La Plata con un objetivo puntual, con un lugar puntual, al cual todos pueden ir a colaborar.

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