cultura

Gregorio Fuentes, el hombre que peleaba de igual a igual contra los huracanes

Este marino español fue el capitán del barco de Ernest Hemingway.

En 1944, un viento de más de 300 kilómetros por hora sopló en la costa cubana. Gregorio Fuentes estaba en el mar, aferrado al timón del Pilar, el barco de Ernest Hemingway, que crujía amenazando hundirse de un momento a otro. El escritor estaba allí, guareciéndose como podía. Mirando –y admirando– la entereza de Gregorio Fuentes enfrentando el huracán, las maniobras decididas y certeras que tomaba ese hombre que había pasado casi toda su vida en el mar y a quien hacía más de una década había elegido como capitán de su embarcación.

Recordaba Gregorio Fuentes: “Conocí a Hemingway en 1928 en las islas Tortugas, era la época de la Ley Seca en los Estados Unidos, y él contrabandeaba ron Peralta y bebidas corrientes. Escapaba de una tormenta a bordo del Anita, les ayudé y terminamos en mi lancha tomando vino. Él había preguntado por el capitán y cuando me presenté me dijo: Usted es muy joven. Le respondí: La necesidad obliga”. Hemingway había comprado el barco con la plata que la revista Esquire le pagó por sus crónicas africanas. Fue en ese barco que se le ocurrió la historia de El viejo y el mar, cuando se encontraron en un bote a remo con un anciano y un muchachito, que estaban tratando de sacar del agua un enorme pez.

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