ciencia
Identificaron los hábitos alimenticios de una de las especies de los ornitosúquidos
Se trata del Riojasuchus tenuisceps, especie hallada en la formación Los Colorados, La Rioja. Las más recientes investigaciones aseguran que se modificó su rol ecológico.
Un equipo de investigadores del Conicet, liderado por Jeremías Taborda, llevó adelante un estudio que modifica radicalmente el rol ecológico que se creía que tenía el Riojasuchus tenuisceps, una de las especies de los ornitosúquidos, un grupo de animales lejanamente emparentado con los cocodrilos que vivieron hace unos 220 millones de años. Además de la mencionada, hay otras tres especies de ornitosúquidos, siendo Riojasuchus tenuisceps y otra más oriundas de Argentina.
Previo al estudio llevado a cabo, desde que Riojasuchus tenuisceps fue descrito por primera vez en 1969, se interpretó que sus dientes en forma de cuchillas eran evidencia de una dieta carnívora; pero, hasta la actualidad, no había consenso sobre si era cazador o carroñero. “Las hipótesis previas sobre la alimentación de Riojasuchus se habían planteado con base en la observación del material fósil, y los especímenes por separado no tenían todos los elementos necesarios para determinar características sobre la mordida, además de estar muy deformados por procesos naturales. Para superar esas limitaciones, generamos un modelo tridimensional a partir de las tomografías computadas de los cráneos de dos individuos distintos: uno más completo, encontrado en la década del 60, pero que había perdido algunos rasgos de la dentición, y otro menos conservado pero con los dientes que nos faltaban”, explicó el líder de la investigación.
A su vez, sometieron el modelo a análisis computacionales para simular los diferentes esfuerzos que Riojasuchus habría realizado a la hora de alimentarse. A partir de una evaluación anatómica de la mandíbula, el equipo observó que las hileras de dientes superiores e inferiores de Riojasuchus estaban lateralmente muy separadas, por lo que era incapaz de cortar presas de gran tamaño. Además, su mandíbula era más corta que su hocico, lo que le impedía agarrar alimentos con la punta. “Tenía que agarrar desde la mitad de la quijada en adelante, por lo que queda descartada la hipótesis del carroñeo, porque no puede arrancar carne de una pieza. Tampoco puede prenderse a una presa en movimiento, porque tendría que metérsela toda a la boca. Por lo tanto, proponemos que debía capturar presas pequeñas que pudiera tragar enteras”, agrega Taborda.
De esta manera, la información obtenida permitió al equipo de paleontólogos establecer que Riojasuchus es en realidad un vadeador. En lugar de cazar o buscar restos de animales muertos, recorría las costas y zonas inundadas pescando anfibios y peces que tragaba de un solo bocado. “Ya existen estudios que interpretan a la formación Los Colorados como un ambiente más húmedo de lo que se pensaba, con canales fluviales y llanuras de inundación; pero aún persiste la vieja idea de que era desértico. En nuestro artículo postulamos que Riojasuchus era un vadeador de costa, lo que abre el juego para nuevas hipótesis de relaciones tróficas dentro de este ecosistema durante el Triásico que hasta ahora ni siquiera estaban en discusión”, cerró Taborda.
