Katia Mann, la protectora
Katharina "Katia" Hedwig Pringsheim fue la esposa del escritor Thomas Mann.
Cuando Katia Mann fue hospitalizada por un problema respiratorio, en el sitio donde su marido ubicaría La montaña mágica, la familia del novelista se sometió a un nuevo orden. Hasta ese momento, Katia había resuelto todos los problemas mundanos para que el escritor pudiera trabajar con férrea disciplina. En su calidad de atenta lectora, también se ocupaba de corregir las páginas que su marido producía diariamente.
Thomas Mann dependía al máximo de ella y no imaginaba la vida en su ausencia. Aunque se sentía atraído por los hombres, eligió a Katia, que le brindó un oasis seguro. La guerra obligó al novelista a mudarse con frecuencia. Pero todo cambió con la hospitalización de su mujer, más prolongada de lo que ambos esperaban.
Mientras Katia respiraba el delgado aire de la montaña, Thomas se hizo cargo de sus hijos, que le parecieron bastante extraños. Tomó detallado apunte de sus conductas y en su siguiente visita al sanatorio informó a Katia de lo que pasaba en casa. Uno de los niños era demasiado huraño, otro se mostraba narcisista y otra era una conspiradora.
"-O sea que están como siempre-", le respondió Katia. Nada había cambiado, pero el novelista lo notaba por primera vez.