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La artista norteamericana que se puso del lado de los indios

Francis Densmore hizo en soledad un trabajo documental ciclópeo en el que registró costumbres y tradiciones de la cultura aborigen norteamericana.

Frances Densmore fue una excelsa compositora norteamericana, que dedicó su vida a la búsqueda de textos musicales de los indios y a su posterior difusión. Asistió durante tres años a la Oberling College, la primera universidad que admitió a mujeres y a miembros de etnias minoritarias; a raíz de su formación, conocía la pérdida que suponía que la música de los pueblos originarios desapareciese. Su trabajo académico fue llevado a cabo al margen de los cauces tradicionales, y equipada con su fonógrafo, trabajó con diferentes pueblos nativos de todo Estados Unidos con el deseo de preservar su música. Su labor fue tan apreciada por ellos, que el jefe Zorro Rojo, de los Sioux, la adoptó como hija.

Su pionera obra como etnomusicóloga fue publicada en 1926. Hoy en día, su colección de cilindros de cera se encuentra ubicada en la Biblioteca del Congreso, y gracias a la digitalización, podemos conocer la voz y la música de los pueblos originarios de Estados Unidos. Cuando le llegaban rumores de que un curandero iba camino de una reserva para atender a un enfermo, la incansable Densmore no dudaba en ir hasta allí con su precario equipo de grabación portátil. Lo hacía sin casi medios ni apoyo de ninguna institución.

Sus biógrafos afirman que soñaba con un enorme archivo de un pasado ya en desaparición. Por medio de este tipo de grabaciones de campo documentaba una vida que se esfumaba del paisaje de Estados Unidos y América del Norte. Sus documentos sonoros recogerían lo que fue, lo que ya había sido. Grababa las visiones del chamán, que con frecuencia cantaba poseído por espíritus poderosos y que este contaba en forma de poema o canción y que con el tiempo, toda una vida, llegó a ser parte de una ingente biblioteca musical, actualmente en la Biblioteca del Congreso y el Smithsonian Institute, compuesta por más de dos mil piezas y que constituyen uno de los más ricos registros del folclore indio norteamericano, de sus costumbres y tradiciones disfrazadas de canciones. Sus hallazgos fueron publicados en la prestigiosa revista American Anthropologist.

Su interés por la cultura india comenzó siendo una niña, cuando tuvo contacto con una tribu de indios Dakota que existía muy cerca de donde ella había nacido, en Red Wing, Minnesota. Le fascinaban las canciones y sus ritmos, toda la mística que existía tras piezas cuyo origen era incierto. Densmore comenzó a grabar música oficialmente para la Oficina de Etnología Americana de la Smithsonian Institution (BAE) en 1907. En sus más de cincuenta años de estudio y preservación de la música india americana, recopiló miles de grabaciones, la mayoría en cilindros de cera. Muchas de ellas se han reproducido utilizando otros medios y se incluyen en otros archivos, que están disponibles para cualquier persona, sea investigador o descendiente de tribus. Algunas de las tribus con las que trabajó incluyen a Chippewa, Mandan, Hidatsa, Sioux, Pawnee norte de Oklahoma, Papago de Arizona, Indios de Washington y Columbia Británica, Winnebago y Menominee de Wisconsin, Indios Pueblo del suroeste, Seminoles de Florida e incluso los indios Kuna de Panamá.

A lo largo de sus publicaciones, proporcionó una nueva concepción del indio, brindando análisis detallados de la música y las circunstancias en las que se crearon y cantaron las canciones. Recibió el premio 1940-41 de la Asociación Nacional de Compositores y Directores Estadounidenses por sus contribuciones a la musicología estadounidense y realizó estudios para varios museos estadounidenses y otras organizaciones, incluida la Biblioteca del Congreso. En 1941-43 fue consultora de los Archivos Nacionales y estableció la Colección Smithsonian-Densmore de grabaciones sonoras de música india estadounidense.

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