ciencia
La aurora de Urano ofrece pistas sobre mundos helados habitables
Están causadas por partículas de alta energía.
La presencia de una aurora infrarroja en el frío planeta exterior de Urano fue confirmada por primera vez por astrónomos de la Universidad de Leicester. El descubrimiento podría arrojar luz sobre los misterios detrás de los campos magnéticos de los planetas de nuestro sistema solar, e incluso sobre si los mundos distantes podrían albergar vida.
El equipo de científicos obtuvo las primeras mediciones de la aurora infrarroja (IR) de Urano desde que comenzaron las investigaciones en 1992. Mientras que las auroras ultravioletas (UV) de Urano se han observado desde 1986, hasta ahora no se había observado ninguna confirmación de la aurora IR. Las conclusiones de los científicos se publicaron en la revista Nature Astronomy.
Los gigantes de hielo Urano y Neptuno son planetas inusuales en nuestro sistema solar ya que sus campos magnéticos están desalineados con los ejes en los que giran. Las auroras son causadas por partículas cargadas de alta energía, que son canalizadas hacia abajo y chocan con la atmósfera de un planeta a través de las líneas del campo magnético del planeta.
En la Tierra, el resultado más famoso de este proceso son los espectáculos de las auroras boreales y australes. En planetas como Urano, donde la atmósfera es predominantemente una mezcla de hidrógeno y helio, esta aurora emitirá luz fuera del espectro visible y en longitudes de onda como el infrarrojo (IR).
El equipo utilizó mediciones infrarrojas analizando longitudes de onda específicas de la luz emitida por el planeta, utilizando el telescopio Keck II. Sus observaciones revelaron claros aumentos en la densidad de H3+ en la atmósfera de Urano con pocos cambios en la temperatura, consistentes con la ionización causada por la presencia de una aurora infrarroja. Esto no sólo nos ayuda a comprender mejor los campos magnéticos de los planetas exteriores de nuestro propio sistema solar, sino que también puede ayudar a identificar otros planetas que sean adecuados para albergar vida.