La ciencia argentina avanza en otra vacuna contra el coronavirus
El proyecto que desarrolla el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria se basa en un modelo en el que se venía trabajando. Podrían probarla en humanos antes de fin de año.
Investigadores del Grupo de Nanomedicina Veterinaria del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Bariloche crearon una vacuna que podría combatir el coronavirus, ya que generó anticuerpos en ratones, un ensayo necesario en el camino a ser probada en humanos.
Ahora, se espera que el fármaco avance a una nueva fase de pruebas. Las mismas se realizarán en modelos de ratones “humanizados”, instancia en la que se evaluará que la vacuna haya sido segura e inocua. Se trata de un candidato vacunal basado en una tecnología innovadora, que el equipo de trabajo venía desarrollando para vacunas veterinarias desde 2005.
"Superamos la primera etapa de la investigación que era comprobar que la vacuna generaba anticuerpos en los ratones inoculados; lo que sigue inmediatamente es comprobar que esos anticuerpos logren neutralizar el coronavirus y verificar que la respuesta inmunológica sea duradera”, detalló a Télam el médico veterinario y virólogo Sebastián Pappalardo, responsable del Laboratorio de Nanomedicina Veterinaria de INTA Bariloche.
Los científicos describieron a esta etapa como una instancia clave, ya que, de obtener los resultados esperados, antes de que termine este 2021 se comenzará a diseñar un ensayo clínico para que la vacuna sea probada en humanos, previa certificación y autorización de la Anmat.
Se va la segunda
Poco menos de una semana atrás, diario Hoy informó que la vacuna desarrollada en la Universidad Nacional de San Martín avanzaba en la fase preclínica “con muy buenos resultados”, y que trabajaba en un acuerdo con un laboratorio privado para iniciar las pruebas a personas. La vacuna del INTA pasó a ser, de esta forma, la segunda candidata para frenar el coronavirus desarrollada íntegramente por científicos locales.
El trabajo del Grupo de Nanomedicina Veterinaria del INTA, precisó Pappalardo, comenzó hace 15 años: “Las vacunas veterinarias son muy parecidas a las que se realizan para las personas, con la diferencia de que tienen otra regulación y de que tienen que ser muy económicas”, dijo. Y agregó que utilizan una plataforma cuya ventaja es la de ser “muy versátil y que se puede utilizar en distintas especies”.
Por último, concluyó que el candidato vacunal es “un tipo de vacuna génica como la de Pfizer y Moderna, aunque éstas no apuntan a las células dendríticas”, las células más importantes del sistema inmunológico.