Tráfico ilegal: sólo 1 de cada 10 animales capturados sobrevive al proceso

“Sigue habiendo gente que le roba animales a la naturaleza porque sigue existiendo gente que quiere comprarlos”, dicen desde la ONG Mundo Aparte, que acaba de lanzar una campaña para generar conciencia sobre el tema.

Es sabido: el predador natural de los animales silvestres es el ser humano. Se estima que 9 de cada 10 animales capturados mueren antes de llegar a ser comercializados. El escalofriante dato es una realidad en todo el territorio nacional y puso en alerta a la organización no gubernamental Mundo Aparte, que lanzó la campaña “No compres robado”.

Para Franco Peruggino, colaborador de la ONG, la situación “es tremenda”. Por eso, este 2021 lanzaron la campaña que “apunta a generar conciencia sobre esta realidad. El que compra un animal silvestre para tenerlo como mascota está comprando robado porque esos animales no son del que los vende: ese sujeto se lo robó a la naturaleza. El animal silvestre siempre es de la naturaleza”, explicó a diario Hoy.

Si bien la estadística da cuenta de una situación general, el especialista reveló que “las aves son las víctimas número uno”. No obstante, las tortugas terrestres y los monos también forman parte de la lista de los animales más traficados.

“No quedó en la década del 90 eso de ir a comprar una tortuga o de tener jaulas con pajaritos: lamentablemente sigue ocurriendo en 2021. Es decir, sigue habiendo gente que roba animales a la naturaleza porque sigue habiendo gente que quiere comprarlos. Esto es lo más sencillo: no comprar”, expresó el referente de Mundo Aparte, un refugio de vida silvestre de la ciudad de Rosario con más de una década de vida.

“Si alguien compra un animal silvestre para tenerlo como mascota está siendo cómplice de un robo. Y de un robo que nos afecta a todos, porque desmantelar la naturaleza trae consecuencias como las que estamos viviendo, entre las más preocupantes el cambio climático. En su ecosistema, cada animal y cada planta tienen su razón de ser”, detalló.
Árboles, no jaulas

Peruggino aseveró que “lejos de ser exagerado, el dato de que mueren 9 de cada 10 aves a veces incluso se queda corto”. En este sentido, argumentó que muchos pájaros mueren en el proceso de captura y también mueren muchos pichones, porque son más frágiles a los impactos o bien porque dejan de percibir el alimento de sus padres cautivos. Asimismo, son varias las aves que no sobreviven al traslado; de los que llegan a los hogares, muchos mueren porque las personas no saben los cuidados que necesitan.

Por más simpático que parezca tener un pájaro como mascota, para el referente no lo es: “Cuando le preguntás a la gente por qué tiene pájaros encerrados, dicen que les gusta cómo cantan. A esa gente le respondemos que si le gusta cómo cantan, que mejor ponga árboles, no jaulas: los pájaros van a ir solos”.

Desde la ONG llaman a denunciar el tráfico, cacería, tenencia, venta y tránsito de Fauna Silvestre comunicándose con Defensa Civil, la dirección de Fauna provincial (cada provincia tiene una), la Policía ecológica o en cualquier centro territorial de la región.

Por último, reconoció que “aunque hay cada vez más conciencia, todavía falta. Para las fiestas de Reyes nos llamaron veterinarios diciendo que habían atendido regalos de Reyes: cotorras y tortugas. Lamentablemente, la gente sigue regalando animales como si fueran un peluche. Y no lo son. Hay que entender que el daño es enorme, porque no solo se daña al animal, sino también al ecosistema cuando lo desequilibramos”.

Noticias Relacionadas