La decoración: ¿un lujo o la optimización del espacio?

Históricamente asociada a la suntuosidad, hoy la decoración ofrece posibilidades para lograr espacios armónicos, prácticos y disfrutar el hogar.

Para muchas personas, la pandemia fue una invitación a revisitar sus hogares y a reformular sus ambientes. Los nuevos hábitos de trabajo y estudio propusieron nuevos modos de concebir el orden.

La estadía prolongada puertas adentro, favorecida por el contexto de aislamiento social, encontró en la decoración no solo una forma de hacer los hogares más acogedores, sino un pasatiempo para mantener la cabeza ocupada.

La decoración hace pensar en esa frase gastada que dice “sobre gustos no hay nada escrito”. La frase no solo está pasada de moda, sino que afirma una mentira: hay muchísimo escrito sobre el gusto, el buen y el mal gusto, artículos, ensayos, libros y hasta revistas especializadas. Basta con introducir la palabra “decoración” en Google para saber que el navegador arroja más de 240 millones de resultados.

Hace ya tiempo que la decoración dejó de ser esa actividad asociada al ocio, al lujo y al adorno innecesario, sino que empezó a ser pensada como una fórmula para encontrar la mejor utilidad y aprovechamiento de los espacios de la casa; un modo de reinventar los ambientes pensando sus usos específicos.

Solo en la ciudad de La Plata hay al menos medio centenar de locales que venden artículos de decoración, que comercializan desde muebles hasta cuadros, accesorios y artículos de iluminación.

Entre los más populares, el estilo nórdico es uno de los más elegidos en la actualidad para darle un toque al hogar, un estilo que propone pocos muebles y la cantidad justa de accesorios, características que conforman una opción económica y fácil de mantener. Este estilo está inspirado en la naturaleza nórdica, que transmite calidez al espacio desde sus paisajes, donde predominan el color verde, los grises suaves, los tonos madera y las pieles color canela.

De la decoración al feng shui

Si algo ha ganado terreno en los hogares en las últimas décadas es, sin dudas, el feng shui, un milenario sistema filosófico de origen chino con raíces taoístas que se basa en la ocupación consciente y armónica del espacio, con el fin de conseguir que este influya positivamente sobre las personas que lo habitan.

Para el feng shui, los espacios desordenados presentan obstáculos a la circulación de la energía. Por eso, el objetivo de esta variante de la decoración es dar con la mejor disposición posible de los elementos porque una armonía hacia afuera es también una mejor armonía hacia adentro.

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