La desolación del centro comercial de City Bell

La Cámara de Comercio de City Bell estima que ya hay entre 80 y 100 locales que no volverán a levantar sus persianas.

Comercios en alquiler, persianas bajas y locales vacíos, esa es la imagen que se repite en cada cuadra de la calle Cantilo de City Bell. La pandemia golpeó fuertemente al sector comercial de la zona que, ampliamente, optó por el cierre definitivo de sus negocios.

“Creemos que cerca del 40 por ciento va a sucumbir ante los embates de la pandemia. El nú­mero real lo conoceremos el día en que se termine la cuarentena. Hoy, ya sabemos que hay entre 80 y 100 locales cerrados”, precisó a diario Hoy el gerente de la Cámara de Comercio de City Bell, Martín Bizet.

Sin embargo, algunos vendedores decidieron abrir sus puertas dando cumplimiento a un estricto protocolo de higiene y seguridad. Gastón, uno de ellos, admitió: “Estamos muy mal. Vengo al local para preparar los pedidos de las personas que compraron de manera online, pero por acá, no hay ni venta, ni gente”.

En los últimos años, el centro de City Bell creció exponencialmente y allí comenzaron a convivir los locales tradicionales, que durante muchos años satisficieron las necesidades de los pobladores, con nuevas marcas de prestigio nacional. Además, este circuito sumó una gran oferta de bares, cervecerías y restaurantes.

A esta altura de la pandemia, el retroceso a nivel comercial no pasa inadvertido. Históricos de la zona pusieron un crespón negro en sus vidrieras para expresar el dolor que sienten al saber que no volverán a atender. “Regresamos al barrio, al Cantilo de 1980”, lamentó Bizet.

“Debemos seiscientos mil pesos. Tendríamos que estar cerrados, pero lo mantenemos por orgullo, por amor y porque es nuestra única fuente de ingreso. Y nosotros podemos sostenerlo, porque el dueño nos bajó el alquiler”, contaron Pablo y Huenú de un local de productos de maquillaje.

“Tenemos un grupo de Whats­app con comerciantes, empleados y vecinos, y les pedimos calma ante tanta angustia y nerviosismo. Mi mayor miedo, hoy, es que se rompa la comunidad. Estamos tan mal que, ni siquiera, uno se banca lo que piensa el otro”, reconoció el gerente de la Cámara de Comercio de City Bell.

Hugo, un transeúnte que pasaba por Cantilo, no fue un espectador ajeno a la escenografía precipitada por la pandemia y dijo: “La situación está absolutamente mal. La circulación es mínima y va a seguir así. Estimo que es muy baja la posibilidad de que los locales puedan seguir abiertos”.

Otra adversidad que aqueja a los comerciantes de la zona son los impuestos. En este sentido, Bizet enunció: “Edelap manda las facturas como si estuviéramos de fiesta. Como no tuvieron la chance de salir a medir, replicaron los montos anteriores, cuando teníamos funcionando los aires, la música y las luces, doce horas por día”.

“Los comerciantes somos emprendedores, no somos una pyme. Es muy difícil bancar la parada en este momento. Si el estado piensa que, después de los dos últimos años de Cristina y de los cuatro de Macri, podemos tener seis meses los locales cerrados, no entiende nada de la vida”, concluyó el gerente de la Cámara de Comercio de City Bell.

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