La reserva de Punta Lara en la mira por su biodiversidad amenazada

Un informe de expertos de la UNLP demostró que los árboles y arbustos exóticos representan un problema para la reserva natural ubicada en Ensenada.

Un equipo de científicos de la UNLP realizó un pormenorizado informe sobre la reserva natural de Punta Lara y dio cuenta de cómo su biodiversidad está amenazada por diferentes factores, entre ellos, la presencia de especies exóticas.

En el marco del Día internacional de la Diversidad Biológica, Martín Colombo, Renato García y Emiliano Depino, señalaron que es importante tener en cuenta estas cuestiones, ya que el número de especies y ecosistemas, conjuntamente con la pérdida de diversidad genética disminuyen a un ritmo acelerado debido a la actividad humana.

Una de las particularidades de la reserva de Punta Lara es que conserva una selva marginal, que contiene especies de plantas de zonas más tropicales. “En forma preocupante, con el pasar de los años, este paisaje fue sufriendo modificaciones que dificultan su conservación”, dijeron los expertos.

“Las especies exóticas que logran instalarse y expandirse generan de esta forma un desequilibrio en el ecosistema. Dentro de la reserva, el ligustro y la acacia negra son dos especies exóticas que crecen rápidamente e impiden el crecimiento de nuevos ejemplares de plantas nativas”, evaluaron.

En la reserva, además de la selva, están el bosque ribereño y el talar, todos invadidos por estas especies exóticas que actúan contra las plantas nativas, pero también contra algunos animales, hongos y plantas trepadoras que dependen de las nativas.

“Las especies exóticas también pueden favorecer la proliferación de otros animales, incluyendo insectos picadores y ciertas aves, que se adaptan mejor a ellas y muchas veces son perjudiciales para las personas”, señalaron.

Pero no termina allí, sino que esto puede interferir también con la cantidad de agua que llega al suelo y con la cantidad que llega hasta los acuíferos por infiltración, alterando el ciclo natural del agua en la zona.

Los especialistas señalaron como perjudicial que la reserva tiene “un delicado estado de protección jurídica”, que es prácticamente “de abandono” por lo que casi no se tomaron acciones de control, sumado a que parte de la reserva está dentro de tierras privadas por lo que están fuera de control por parte de las autoridades.

“En los últimos años se han realizado edificaciones dentro del área protegida, siendo también frecuentes incendios intencionales que trajeron grandes pérdidas de la biodiversidad y cuyo humo llegó a las ciudades circundantes”, concluyeron.

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