cultura

La última noche de los Romanov

La sentencia de muerte se cumplió en Ekaterimburgo.

Aquella noche del 16 de julio de 1918, la zarina Alejandra preguntó a los soldados si había sillas. Si podía sentarse. El zar Nicolás II solo acertó a balbucear: “¿Qué?, ¿qué?”, cuando le anunciaron que había llegado el momento de la ejecución.

La sentencia de muerte se cumplió en Ekaterimburgo e incluyó a toda la familia, a su cocinero, a dos doncellas, al médico. También a los perros. Solo sobrevivieron Alexéi –un perro ciego– y el profesor de Francés.

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