Cultura
Los camellos del ayer
Los primeros camellos en pisar el continente fueron importados por Estados Unidos
A mediados del siglo XIX, el gobierno norteamericano decidió importar camellos. En 1848, debiendo vigilar y abrir caminos que hoy corresponden a California, Arizona, Nevada y Utah, las tropas estadounidenses imaginaron que los camellos serían la solución de los feroces desafíos que imponía el desierto. Tras una prolongada gestión, los oficiales adquirieron 33 camellos provenientes de Túnez, Egipto y Esmirna, contratando a tres camelleros turcos para poder manejarlos.
El difícil viaje a Texas duró tres meses; una segunda partida de camellos se hizo en 1857. La eficacia de aquella idea quedó probada con viajes posteriores a través de América y hasta el Océano Pacífico (cuatro mil millas), por lo que el gobierno decidió aumentar la importación de camellos hasta un millar.
Pero entonces estalló la Guerra Civil y el proyecto quedó cancelado. Todos los camellos que se habían comprado perdieron su utilidad inicial, fueron rematados por el gobierno, usados en minas de sal y vendidos a circos.
Carlos Castaneda decía que cada página que escribía la había visto antes en sueños: “Y el éxito de cada una de esas páginas depende del grado de fidelidad con que yo soy capaz de copiar ese modelo del sueño”.