Manuel Sadosky, ciencia para el desarrollo nacional

Pedro Kanof acaba de publicar un libro en el que reconstruye la vida del matemático y físico que introdujo la computación en nuestro país.

Con el título Manuel Sadosky. Ciencia con conciencia en América Latina, el ingeniero Pedro Kanof, quien actualmente vive en Italia, se adentra en la vida de uno de los científicos de más relieve internacional, que también dejó su huella como docente en la Universidad Nacional de La Plata y en el Observatorio Astronómico.

En diálogo con diario Hoy, el autor contó detalles de la vida del matemático y físico.

—¿Cuál diría que es el mayor aporte que hizo Manuel Sadosky?

—Sadosky fue el motor de esa universidad en la que yo tuve el privilegio de participar. Él volvía de Europa, había trabajado mucho y entendido lo que estaba pasando con la electrónica. Sadosky regresa planteando la necesidad de utilizar las computadoras.

—¿Por qué concedía tanta importancia a la computación?

—Porque teniendo la computadora se podía hacer, por ejemplo, el modelo de la Cuenca del Plata, que es lo que Sadosky hizo y que intentaron secuestrar en la Noche de los Bastones Largos. Veía en la computación una herramienta para la planificación nacional.

—¿Cuándo conoció personalmente a Manuel Sadosky y cómo fue su relación con él?

—Lo conocí físicamente en 1962, en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Exactas que estaba en lo que hoy se conoce como la Manzana de las Luces. Ahí había un anfiteatro, donde Manuel Sadosky dio un seminario sobre “Problemas de política de tecnología, desarrollo y dependencia”. Lo que puedo contarles es que el primer encuentro Manuel lo cerró diciendo: “Si quieren ser libres, no copien”. Quería decir que el país que no encuentra sus propias soluciones termina siendo dependiente. Con los años lo conocí y nos hicimos muy amigos.

—Cuéntenos de La Noche de los Bastones Largos.

—La Noche de los Bastones Largos fue preparada por los que siempre tuvieron el poder económico en nuestro país, y que en aquel entonces también tenían la hegemonía militar. Armaron listas de “gente que corrompe la mente de nuestros hijos”, entre los que figuraba el nombre de Sadosky. Se creó el clima para esa represión. La Universidad de Buenos Aires, con Sadosky a la cabeza, había creado una red internacional de científicos del mundo entero. Eso es un tesoro del país que se perdió.

—¿Qué es lo que al poder tanto le molestaba de la universidad?

—Le molestaba que gente como Sadosky, con el Instituto del Cálculo que presidía, trabajara para el desarrollo nacional, diagramara el modelo de la Cuenca del Plata –lo que hoy se llama Hidrovía– e hiciera modelos matemáticos necesarios para la soberanía del país. Hoy el modelo matemático de la Cuenca del Plata está en Núñez, en la Facultad de Ciencias Exactas, porque lo llevé ahí yo mismo.

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