Ciencia

Preocupación por las hormigas y sus efectos en los ecosistemas locales

Los insectos migran desde Centroamérica.

En 2001, en la ciudad de Brisbane (Australia), un trabajador de telecomunicaciones tuvo que ser atendido en el hospital por culpa de una picadura que le “quemaba” gravemente la piel. La hormiga roja de fuego, originaria de Sudamérica y famosa por su veneno, su agresividad y su capacidad para causar daños en la agricultura, había llegado y hecho saltar las alarmas en esa comunidad.

Las hormigas exóticas fuera de su área de distribución nativa, como la hormiga roja de fuego, son transportadas inadvertidamente por todo el mundo a través de cargamentos y mercancías. Los humanos intentan detenerlas e incluso, la prohibición en los controles fronterizos de ciertos aeropuertos de introducir plantas o tierra de un país a otro, son, en parte, para evitar este tipo de tránsitos.

Un estudio, publicado recientemente en Current Biology, documenta el doble de casos de hormigas exóticas de los que se conocían hasta la actualidad: se han encontrado más de 500 especies de hormigas en lugares donde no deberían estar. Pero solo un tercio de esas especies han sido detectadas en las fronteras, es decir, el resto ha pasado desapercibido.

Las hormigas exóticas pueden dañar los ecosistemas al perturbar las relaciones entre organismos y consumir recursos. Entre 1930 y 2021, las hormigas invasoras ­causaron pérdidas económicas estimadas en unos 46.000 millones de dólares.

Para detener a las hormigas exóticas, los ecologistas y las autoridades deben saber de dónde proceden y dónde pueden detenerse en su camino. Según el artículo, la mayoría de estas invasoras llegaron sobre todo de Centroamérica, el norte de Sudamérica y las islas del sudeste asiático.

“Lo que hemos demostrado es de dónde son originarias las especies y adónde van a parar”, afirma el investigador Wong. El cambio climático también debe tenerse en cuenta en la planificación. “Probablemente favorecerá las invasiones de hormigas porque las más invasoras son especies tropicales o subtropicales, por lo que habrá más zonas adecuadas”. Para contrarrestar ello, es necesaria una mayor colaboración y cooperación entre países.

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