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Se alarga la estadía en el espacio de dos astronautas

Por problemas mecánicos, Butch Wilmore y Suni Williams llevan ya más tiempo del que estaba planeado en la Estación Espacial Internacional y aún no tienen fecha confirmada de regreso.

El pasado 5 de junio despegó desde la Estación de la Fuerza Espacial de Estados Unidos en Cabo Cañaveral, Florida, la nave espacial Boeing Starliner, con los astronautas Butch Wilmore y Suni Williams a bordo tras eternos problemas que se fueron dando sucesivamente los últimos años, postergando una y otra vez su lanzamiento. Si bien finalmente logró despegar, ahora el problema radica en que los astronautas no tienen fecha de retorno confirmada aún por fallas en la cápsula. La misión solo tenía que durar nueve días, pero los astronautas ya llevan tres semanas en la Estación Espacial Internacional.

“No vamos a fijar una fecha específica hasta que completemos algunas pruebas, observemos la secuencia de fallos y luego entendamos el camino a seguir”, indicó Steve Stich, responsable del programa de tripulación comercial de la NASA. Mark Nappi, vicepresidente y director del programa de tripulación comercial de Boeing, por su parte expresó: “Después de que todos los test estén completos, nos reuniremos y nos aseguraremos de haber hecho todo lo necesario para comprender el sistema y, luego, los regresaremos a casa sanos y salvos”.

A través de una rueda de prensa, las autoridades a cargo dieron a entender que aún no pudieron dar con los motivos de la avería, y de qué manera pueden llegar a solucionarlo estando la nave en el espacio. Es por esto mismo que, a pesar de que el pasado 14 los astronautas debían volver al planeta, todavía no hay fecha confirmada de su regreso. De igual manera, aseguraron que ambos expilotos de prueba de la Marina de Estados Unidos se encuentran en buen estado de salud y sin complicaciones.

Mientras continúan el análisis desde la Tierra, los astronautas dedican su tiempo a otras tareas en la Estación Espacial, como el mantenimiento o la ayuda a sus compañeros en otros experimentos. “Sabían que se trataba de un vuelo de prueba y que tendríamos que aprender. Todo esto es bueno, no es nada inesperado”, cerró Nappi.

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