Cultura

Un arquero llamado Albert Camus

El autor de La peste soñaba con ser futbolista.

Albert Camus jugó varios años en la Universidad de Argel. Su puesto era de arquero. Lo contrataron para atajar en el club Monpensier. Pronto aprendió que “la pelota nunca viene hacia uno por donde uno espera que venga”. Eso lo ayudó mucho en la vida. Soñaba con ser futbolista: “Me devoraba la impaciencia del domingo al jueves, día de práctica, y del jueves al domingo, día del partido”.

Cuando se radicó en Francia, iba a ver los partidos del Racing Club solo porque tenía la camiseta con los mismos colores que su equipo argelino. Iba a las canchas, no como mero espectador, sino como hincha apasionado. Volvió a sentir “el estúpido deseo de llorar luego de cada derrota”. Supo que al fútbol no se lo puede racionalizar, es una pasión, y, como todas las pasiones, se siente o no: “El pensamiento reductivo y fatalista nunca va a comprender lo que hay detrás del fútbol”. Fue acumulando muchas experiencias en la vida, llenándose de preguntas y alcanzando algunas certezas, una de ellas es: “Lo que sé de la moral y las obligaciones de los hombres se lo debo al fútbol”.

A los 27 años volvió a calzarse los botines: “Antes de terminar el primer tiempo, tenía la lengua como uno de esos perros con los que la gente se cruza a las dos de la tarde”. Esa tarde descubrió con tristeza que ya nunca más volvería a jugar al fútbol.

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