cultura

Un profesor de La Plata que se volvió emblema latinoamericano

Gregorio Selser fue un periodista e historiador cuyos libros esclarecieron a generaciones de gobernantes progresistas de nuestro continente.

Nació en Buenos Aires el 2 de julio de 1922, fue el tercer hijo de un matrimonio ucraniano formado por un obrero, Manuel Selser , y de Rebeca Joffé, una mujer sordomuda, quien murió de cáncer al cumplir su hijo seis meses de edad. Gregorio Selser pasó su infancia en un orfanato para niños judíos en Buenos Aires, en el que se sintió acompañado solo por un diccionario que terminó aprendiéndose de memoria.

Estudió en escuelas nocturnas y cursó sólo ocho meses de Sociología. En los años de la Segunda Guerra Mundial, se afilió al Partido Socialista. Trabajó en una joyería, fue aprendiz de relojero, oficinista en una fábrica de cajas de cartón, y cuando tuvo que exiliarse en Montevideo por su militancia política, fue barrendero.

A los 23 años, Gregorio Selser volvió a Argentina, convirtiéndose en el protegido de quien fue el primer diputado socialista de Latinoamérica, Alfredo Palacios. Se estableció en una casona en la calle Charcas –hoy museo de la Fundación Palacios-, y se empleó en la Asociación de Viajantes de Comercio.

Este argentino fue quien hizo el primer aporte serio y documentado sobre la figura de Augusto César Sandino, con una biografía que publicó en 1955, en el que llamó al patriota nicaragüense, “General de hombres libres”. En ese entonces era viajante de comercio En el prólogo al libro, el Premio Nobel guatemalteco, Miguel Angel Asturias dice: “El nombre de Sandino vuelve a desplegarse como una bandera en medio de la angustia de los pueblos, la desorientación de los dirigentes sin ojos hacia el pasado y la complicidad de cuantos entre nosotros se equivocan a sabiendas o por encargo. Vuelve a flamear en el extremo de la pluma de un hombre libre -Gregorio Selser- y qué mástil más enhiesto y más alto, el nombre de Sandino, vivo, excelso y reivindicador”. Al año siguiente, Gregorio Selser vuelve a Argentina y comienza a trabajar en la prensa gráfica, siendo corresponsal en Argentina del semanario uruguayo Marcha

Fue profesor de la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Plata. A comienzos de los años 70, viajaba en tren a nuestra ciudad, tres veces por semana, para contarle a sus alumnos los secretos de un oficio en el que, según sus palabras, el 95% es esfuerzo y solo el 5% , restante, talento. Decía que hay que leer: un diario por día, una revista por semana, un libro por mes. Por menos de eso, no se es periodista”.

En tiempos de la Triple A tuvo que volver a irse del país. Esta vez se radicó en México, donde tuvo un gran reconocimiento intelectual y donde recibía visitas de académicos de todo el mundo. En Nicaragua siempre fue considerado un maestro. Allí su libro sobre el fundador del sandinismo sigue siendo considerado una obra fundamental, y fue reproducido en mimeógrafo en Nicaragua, de manera clandestina, en los años de la dictadura somocista. Ese libro fue leído por devoción por Carlos Fonseca Amador y el resto de los fundadores de la guerrilla sandinista. En 1983 le fue concedida por el gobierno de ese país la Orden de la Independencia Cultural Rubén Darío. Sus tres hijas se dedicaron al periodismo, dos de ellas tuvieron una fuerte ligazón con Nicaragua. La menor - Gabriela Selser-, partió hacia ese país centroamericano cuando tenía 18 años para alfabetizar en las montañas. Irene, su hija del medio, que fue editora de la edición mexicana de Le Monde Diplamatique, tuvo en Nicaragua una hija.

Gregorio Selser murió el 27 de agosto de 1991, en la ciudad de México – a los 69 años-, dejando inconclusa la que consideraba sería su obra cumbre: una cronología de cuatro tomos sobre las intervenciones extranjeras en América Latina. Había revisado hasta el segundo tomo dos días antes de morir. Toda su obra es el empeño formidable de develar lo oculto, mostrando el revés de la trama tejida por la historia oficial latinoamericana y encubierta por la diplomacia imperial.

Noticias Relacionadas