cultura

Un tanguero en el jet set

Julio de Caro fue un músico que recorrió el mundo con su orquesta de tango.

Durante muchos años, Julio de Caro frecuentó con su orquesta los salones de la aristocracia porteña. Les llevaba un tango depurado, elegante, pero sin quitarle por eso su ritmo y su cadencia. Con ese mismo tango “civilizado”, (como alguna vez lo bautizara), se fue a Europa en 1931. Visitó Roma, Milán, Génova y Turín, entre otras ciudades. La noche de su presentación en Turín, por ejemplo, asistió el príncipe Humberto con su esposa. Según el protocolo real, hasta que el príncipe no se levantara nadie podía hacerlo. Y como aquella noche el príncipe Humberto tenía deseo de oír tangos, la orquesta de Julio de Caro tuvo que ofrecer 14 bises sin que nadie osara moverse de su asiento.

De Italia pasaron a la Costa Azul. Al llegar al Palace Mediterraine, el músico argentino tuvo la posibilidad de conocer a varios personajes de renombre universal, entre ellos el Aga Khan, el barón Rothschild y Carlitos Chaplin. Lo curioso es que si Chaplin no le decía que era Chaplin, no hubiera podido imaginarse que aquel señor tan fino y elegante, que le pedía en francés algunas explicaciones sobre los pasos del tango, era el mismo Carlitos que tantas veces lo había conmovido en sus películas.

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