cultura

Una mujer insólita

Florence Barnes manejaba aviones, se casó con un pastor de la iglesia, fumaba habanos y fue doble de riesgo en Hollywood.

"Pancho” había nacido Florence Barnes de padres ricos en California, pero a los dieciocho años se escapó de su casa con un amigo y embarcó en un carguero a México. El viaje de vuelta lo hicieron en burro. El amigo era extremadamente flaco, ella rellenita, y unos mexicanos la vieron igualita al compadre de Don Quijote y la bautizaron Pancho: pensaron Sancho pero les salió Pancho. El apodo prendió de todas formas y Florence se convirtió en Pancho desde entonces.

Tomó su primera lección de vuelo en 1928, con un veterano de la Primera Guerra Mundial. Con solo seis horas de instrucción ya volaba sola. Compró su propio avión y comenzó a recorrer la región haciendo un show aéreo con un amigo paracaidista.

Pancho abdicó de los hábitos femeninos de su época: fumaba gruesos cigarros, vestía pantalones, camisas, casacas de cuero y sabía expresarse con la misma dureza que cualquier macho del oeste americano. Su profesor de vuelo tuvo que rendirse ante la evidencia de que aquella mujer desconocía el miedo y poseía unas aptitudes extraordinarias para manejar una aeronave. Muchos domingos sobrevolaba, a muy baja altura, por encima de la iglesia del pastor que fue su marido, durante las celebraciones, para ensordecer a los feligreses.

Uno de los hermanos Wright firmó su licencia de piloto (pero como era bien sabido que estaba en contra de que las mujeres volaran, Pancho se disfrazó de varón para el examen y para la foto del carnet). Fue doble de riesgo en la película “Los Angeles del Infierno”,de Howard Hughes y fundó una asociación para proteger los derechos de los pilotos que trabajaban en el rodaje de películas, la Association of Motion Picture Pilots, en la que sería la única mujer.

Su audacia de pionera la llevó a inaugurar la ruta aérea a México. Probaba aviones para la Lockheed, decía que Amelia Earthart se llevaba toda la publicidad porque su marido (el promotor GP Putnam) la comercializaba sin escrúpulos y la obligaba a proezas aéreas que estaban por encima de sus capacidades. El mito dice que Amelia era la aviadora más rápida de su época, pero en 1930, Pancho Barnes batió ese record histórico (297 kph) y fue la primera mujer en volar a más de trescientos kilómetros por hora.

Hacia 1930, Pancho vendió su avión y cambió un complejo de apartamentos que poseía en el Sunset Boulevard por un rancho de ochenta acres (32,4 hectáreas) en una zona desértica en el Mojave, al norte de Los Ángeles, situado cerca del lago Muroc, donde la Fuerza Aérea tenía un aeródromo que con los años se transformaría en la base Edwards. El rancho se llamaba Oro Verde.

Muy pronto Pancho Barnes supo sacar partido a la proximidad de Oro Verde a las instalaciones de la Fuerza Aérea. Su arraigo aeronáutico sirvió para atraer pilotos de la base a reuniones en las que nunca faltaban copas ni diversión. Dotó al rancho con algunas habitaciones lujosas, con aire acondicionado y un restaurante. Las instalaciones de Pancho Barnes ofrecían comodidades impensables en aquel inhóspito lugar que apreciaban muchos visitantes. La proximidad de la II Guerra Mundial y el conflicto hicieron que la actividad aumentase notablemente en el establecimiento militar al tiempo que ocurría lo mismo en Oro Verde. Después de la guerra el rancho contaba con una extensión de 350 acres, dos pistas de vuelo, caballerizas, bar, restaurante, habitaciones y una piscina que constituía quizá el detalle más lujoso del complejo, situado en pleno desierto del Mojave; había cambiado de nombre y se llamaba Pancho’s Fly-Inn.

El año 1952 marcó la cima del éxito de los negocios de Pancho. Se casó por cuarta vez en una breve ceremonia a la que asistieron más de un millar de invitados. Enseguida se liberó de su traje de novia para colocarse pantalones, una cómoda blusa y un par de botas de piel blancas y mezclarse con sus invitados en la gran fiesta con que celebró los esponsales.

Barnes sufría de cáncer de mama, probablemente la causa última de su muerte. Estaba previsto que fuera la oradora principal en la "Reunión de Barnstormers" anual del Museo Aeronáutico de Antelope Valley el 5 de abril de 1975. Sin embargo, cuando una amiga la llamó el 30 de marzo de 1975, no pudo comunicarse con ella. Su hijo Bill la encontró muerta en su casa y el forense determinó que había muerto casi una semana antes.

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