Acusaciones cruzadas entre Rusia y Ucrania
Tanto el gobierno de Putin como el de Zelenski volvieron a referirse al conflicto en torno a la planta nuclear de Zaporiyia.
En las últimas horas recrudecieron las tensiones entre el gobierno de Rusia y el de Ucrania por las afirmaciones cruzadas sobre el bombardeo a la planta nuclear de Zaporiyia, la más grande de todo el viejo continente, que se encuentra en el sudoeste ucraniano. Desde el pasado marzo, a nada más que un mes de iniciado el conflicto entre los territorios, la planta nuclear se encuentra ocupada por las fuerzas rusas. Por un lado, las autoridades ucranianas acusan a Rusia de usar la planta para guardar armas y de atacar desde allí, confiándose en que no habrá respuesta; y por la otra parte, desde Rusia confirman que la zona se encuentra bajo ataque de militantes ucranianos.
“Todo soldado ruso que dispare contra la central, o que dispare utilizando la central como cobertura, debe entender que se convierte en un objetivo especial para nuestros agentes de inteligencia, para nuestros servicios especiales, para nuestro Ejército”, remarcó el presidente Zelenski, quién además agregó: “Ellos organizan provocaciones constantes con el bombardeo del territorio de la planta nuclear e intentan llevar fuerzas adicionales en esa dirección para chantajear a nuestro estado y a todo el mundo libre”. Desde Ucrania acusan a Rusia de utilizar esta área para disparar a las localidades de Nikopol y Marhanez y , sumado a esto, la agencia nuclear ucraniana Energoatom advirtió a los pobladores de la ciudad de Energodar, donde está ubicada la planta, de no salir a la calle en la medida de lo posible debido al bombardeo ruso. “Según los residentes, hay nuevos bombardeos en dirección de la planta nuclear. El tiempo entre el disparo y la llegada de la bomba es de 3-5 segundos”, dijo un operador nuclear durante el fin de semana.
Asimismo, el mandatario ucraniano también indicó que los diplomáticos ucranianos y los representantes de los estados socios harán “todo lo posible” para garantizar que las nuevas sanciones contra Rusia “bloqueen necesariamente” la industria nuclear. Así, busca también que los que participen del conflicto en la planta nuclear tengan que responder por sus hechos ante un Tribunal internacional. Mykhailo Podolyak, asesor presidencial de Ucrania, también fue una de las autoridades que hizo mención sobre el hecho y sostuvo: “Rusia busca golpear la parte de la central nuclear donde se genera la energía que alimenta el sur de Ucrania. El objetivo es desconectarnos de la planta y culpar al ejército ucraniano por ello”.
En contrapartida, Vladimir Rogov, una autoridad instalada por Rusia en una región ocupada, señaló la posibilidad de revivir un episodio similar a Chernobyl por culpa de Ucrania y afirmó: “Energodar y la planta nuclear de Zaporiyia nuevamente están bajo ataque de militantes de Zelenski”. Así, explicó que los misiles cayeron “en áreas situadas a orillas del río Dnipro y en la planta”. “Según testigos, en la ciudad se escuchan nuevamente explosiones. Los proyectiles cayeron en el área de la ribera del Dniéper y de la central nuclear”, sin reportar bajas o daños.
En la jornada pasada, las Fuerzas Armadas ucranianas informaron de un nuevo ataque sobre el estratégico puente Antonivski, situado sobre el Dnipro, en el este del país, para intentar cortar las rutas de suministro de las fuerzas militares rusas desplegadas en la región de Jerson. Una vocera de las Fuerzas Armadas ucranianas, llamada Natalia Humeniuk, sintetizó: “Significa que el transporte de maquinaria pesada y de munición será muy complicado, e incluso puede que se haya impedido por completo”. Esta estrategia de destruir o inhabilitar las estructuras que van desde el norte hasta el sur del país es una de las más utilizadas hasta la fecha por el Ejército ucraniano.