Alemania inauguró su primera terminal de gas natural licuado

Ubicada en el puerto de Wilhelmshaven, fue construida en tiempo récord ante las dificultades del país para adaptarse a vivir sin hidrocarburos rusos. “Nuestro objetivo es compensar completamente la pérdida de gas ruso este año y el que viene”, dijo el canciller Olaf Scholz.

Durante las primeras horas del sábado, Alemania inauguró oficialmente su primera terminal de gas natural licuado (GNL). La instalación ubicada sobre el puerto de Wilhelmshaven, en el mar del Norte, fue construida en un tiempo récord ante las dificultades del país para adaptarse a vivir sin hidrocarburos rusos. “Nuestro objetivo es compensar completamente la pérdida de gas ruso este año y el que viene”, dijo el canciller Olaf Scholz, durante el discurso inaugural. “La construcción de nuevas terminales de GNL debe seguir adelante y también el acuerdo de nuevos contratos de suministro para el futuro”.

La ceremonia de inauguración se realizó a bordo del buque que funciona como unidad flotante de almacenamiento y regasificación (FRSU), bautizado como Hoegh Esperanza. En el evento, el canciller alemán ha estado acompañado por el ministro de Economía, Robert Habeck, y el ministro de Finanzas, Christian Lindner. También del primer ministro de Baja Sajonia, Stephan Weil, y otros 400 invitados. La terminal flotante, que ya se encuentra cargada con gas de Nigeria, empezará el suministro a partir de este 22 de diciembre y según anunció el gobierno alemán puede abastecer a 50.000 hogares durante un año.

La planta fue sido levantada en un plazo récord de 10 meses, al respecto destacaba Scholz: “El país es capaz de nuevos comienzos y de una gran velocidad”. Asimismo, Alemania planea la apertura de otras cuatro terminales de GNL financiadas por el Gobierno en los próximos meses, además de una infraestructura privada. Todas estas terminales juntas deberían suministrar 30.000 millones de metros cúbicos de gas cada año a partir del próximo año, lo que supone un tercio de las necesidades totales del país.

Estas terminales permiten la importación por mar de gas natural que ha sido enfriado y condensarlo en líquido para facilitar su transporte. Las unidades FRSU almacenan el GNL y lo reconvierten en gas listo para usar. Hasta ahora, Alemania no disponía de estas terminales y un 55% de su suministro dependía en el gas barato enviado por gasoductos desde Rusia.

Desde la invasión de Ucrania, las entregas de gas a Alemania cayeron y Berlín se vio obligado a recurrir a GNL procesado en puertos de Bélgica, Francia y Países Bajos, pagando una prima por costes de transporte. El Gobierno decidió invertir para construir sus propias instalaciones lo más pronto posible y gastó miles de millones de euros en hacerse con FSR. Sin embargo, Alemania todavía no ha firmado ningún contrato importante a largo plazo para asegurar el abastecimiento de estas terminales a partir de enero.

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