Cerca de la fecha límite, Estados Unidos avanza en un acuerdo para evitar el default

El gobierno necesita acordar con los republicanos antes del 5 de junio, la fecha que puso el Departamento del Tesoro por la deuda.

El 5 de junio es la fecha límite que tiene el gobierno de los Estados Unidos para ver si entra o no en el default por la deuda que sostiene, por lo que es necesario llegar a un acuerdo con la oposición antes de ese día.

Desde la Casa Blanca se mostraron “optimistas”, pero al cierre de esta edición aún no habían llegado a un convenio y los equipos técnicos mantenían las reuniones para encontrar el punto que destrabe el conflicto.

“Todos quieren ver aparecer humo blanco, pero aún no hemos llegado”, señaló el negociador republicano Patrick McHenry al ser consultado por la prensa. “Tuvimos una larga lista de desacuerdos durante mucho tiempo. Pero no esperaba que tuviéramos una lista corta”, dijo ayer McHenry al admitir que quedan cuestiones de compleja resolución.

Por su parte, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, lanzó un mensaje que da cuenta de cuál es el punto en que no terminan de acordar: “Nuestra economía debe ser aquella que ayude a llenar los armarios de nuestra cocina, no los bolsillos de los ultrarricos”, disparó.

En tanto, el líder republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, fiel a su estilo polémico, dijo que “los demócratas quieren gastar más y fijar más impuestos” y que “los republicanos están luchando para cambiar eso; es tan simple como eso”, aunque reconoció que hay posibilidades de llegar a un consenso. “Me siento más cerca de un acuerdo ahora que hace mucho tiempo. Soy optimista”, marcó el legislador.

La titular del Departamento del Tesoro, Janet Yellen, fue quien corrió la fecha límite del 1° al 5 de junio, pero advirtió a los republicanos que “esperar hasta el último minuto para suspender o aumentar el límite de deuda puede causar ­graves daños a la confianza de las empresas y los consumidores, ­elevar los costos de endeudamiento a corto plazo para los contribuyentes e impactar negativamente en la calificación crediticia de Estados Unidos”.

Los medios locales marcaron que el acuerdo elevaría el techo de deuda por dos años e impondría máximos al gasto discrecional del gobierno, excepto para asuntos militares o de los veteranos.

En el conflicto tomó partido la directora del FMI, Kristalina Georgieva, quien citó nuevos datos que muestran que “la economía estadounidense ha demostrado su resistencia”, pero instó a una “resolución rápida” para evitar el primer impago de la historia del país.

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