De reyes, princesas, duques y algo más

De Lady Di a Fidel Castro, y hasta las reinas Sofía e Isabel, el expresidente argentino Carlos Menem supo ser retratado junto a los líderes mundiales de todas las épocas

Si algo marcó la década del 90 fue el inicio de la espectacula­rización de la política o la política del espectáculo. Durante la últi­ma década del siglo XX el escenario de los medios de comunicación cambió más de lo que lo había hecho en los cien años precedentes. Principalmen­te, y la Argentina no fue la excepción, la concentración mediática producto de la desregulación estatal y el avance tecnológico convirtió a periódicos, radios y canales de TV en auténticos medios masivos de comunicación.

En este escenario global se inscriben las presidencias de Carlos Menem, que gobernó el país entre 1989 y 1999 y que falleció en las últimas horas a la edad de 90 años. Entre otras cosas, la década menemista se jactó de la “integración” de la Argentina al mundo, al menos en términos simbólicos, y para ello se sirvió de un impenetrable aparato mediático que lo retrató junto a los líderes mundiales, promoviendo la imagen de un líder carismático y primermundista.

Entre las fotografías más recordadas se encuentra la que se tomó besándole la mano a la reina Sofía antes de un almuerzo en el Palacio de la Zarzuela. Fue el 28 de febrero de 1994, cuando Carlos Menem realizó su primera visita de Estado a España y se sentó a la misma mesa que María Estela Martínez de Perón y el rey Juan Carlos. Este elogió al argentino “por su activa presencia en la escena internacional y porque la Argentina había recuperado el lugar que le correspondía en el concierto de las naciones”.

La Quinta de Olivos también fue sitio de encuentro con la realeza. Allí, en 1995, Menem recibió la visita de la princesa Diana. Se trató de un encuentro extraoficial, ya que Lady Di estaba separada del príncipe Carlos. Este episodio fue uno de los primeros contactos del entonces presidente con miembros de la realeza británica tras el conflicto en el Atlántico Sur.

Luego, hacia 1998, en tren de la restitución de las relaciones diplomáticas con Gran Bretaña interrumpidas tras la Guerra de Malvinas, Menem viajó en visita oficial de seis días al Reino Unido. Tras 38 años de ausencia de un mandatario argentino en ese suelo, el riojano fue recibido por el duque de Edinburgo, Felipe, en el Palacio de Buckingham, donde tomó el té con la reina Isabel.

En el extremo opuesto, el expresidente argentino se fotografió junto al líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, en el marco de la Cumbre Iberoamericana en Cartagena, en 1994. Aunque un abismo político los separaba, Menem se jactaba de ser amigo de Castro: decía que intercambiaban habanos cubanos por vinos riojanos.

Hacia octubre de 1997, el exmandatario se reunió en una audiencia con el Papa Juan Pablo II. Un año después, el hombre del Vaticano respondería a un saludo presidencial con el siguiente elogio: “Son encomiables los esfuerzos realizados para elevar las condiciones de vida de todos los ciudadanos argentinos”.

También hacia el final de su mandato, Menem fue fotografiado junto a Nelson Mandela, quien estuvo preso durante 27 años por su oposición a la política de segregación racial conocida como apartheid. En julio de 1998, el entonces presidente sudafricano selló acuerdos con la Argentina en el marco de una cumbre del Mercosur celebrada en Ushuaia.

Las amistades internacionales de Carlos Menem fueron variopintas: desde premios Nobel de la Paz hasta Clinton y Bush, pasando por toda una gama de personajes del espectáculo y el deporte. La imagen presidencial fue todo un símbolo durante la década de los 90.

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