Descubren que una momia egipcia “parecida a un niño” no era humana

Tiene más de 2.500 años y había sido dedicada al dios de la muerte

Una momia egipcia de más de 2.500 años “parecida a un niño”, que no era humana y que simbolizaba al dios Osiris, responsable de la muerte y el inframundo, fue analizada por especialistas de un hospital israelí, que descubrieron que era en realidad una figura hecha de barro y grano.

El hallazgo fue posible tras someter a la supuesta momia conservada en el Museo Nacional Marítimo de Haifa a una tomografía computarizada. El objeto, de cerca de un metro de altura, data de la primera mitad del primer milenio antes de nuestra era, y había sido analizado a principios de julio, junto con otra momia de un ave que fue identificada como un halcón.

Sobre la primera momia, entonces los investigadores señalaron que había proporcionado “resultados inciertos” y que se necesitarían “estudios adicionales” para determinar qué era.

Pero más tarde concluyeron que lo que “parecía un niño pequeño” era en realidad una simulación de momia hecha de grano y barro, según confirmó Marcia Javitt, del Hospital Rambam, al indicar: “Me preguntaba si era un niño, porque parecía un pequeño humano”.

Además, Ron Hillel, de Museos de Haifa, indicó que se trata de un tipo específico de objeto sagrado del antiguo Egipto. Además, la misteriosa momia de aspecto infantil en realidad estaba hecha de material vegetal.

Hillel remarcó que esas figuras “simbolizaban al dios Osiris”, responsable de la muerte y el inframundo. “Es lo que se conoce como momia de grano o momia de trigo. Contienen barro y grano, y fueron moldeadas como momias, de ahí el nombre”, indicaron desde el museo. Y aunque la procedencia de la figura es incierta, tanto la figura infantil como el halcón estaban colocados en una tumba, que bien podría haber sido la de un faraón.

“En el antiguo Egipto, cuando se crea­ba una tumba para un ser humano, colocaban adentro ciertos objetos, e incluso ciertos animales, con los restos momificados. Los antiguos egipcios momificaban numerosos animales: pájaros, gatos, cocodrilos, peces y muchos otros. Eso servía para muchos propósitos, como ofrendas votivas, comida para la vida póstuma y como protección en el más allá”, concluyó
el científico.

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