Elecciones en Francia: la izquierda logró un inesperado triunfo y la ultraderecha quedó tercera
Hubo un registro récord de participación para unas elecciones legislativas. Se abre un difícil panorama institucional sin ninguna mayoría en la Asamblea Nacional.
La izquierda francesa logró un inesperado triunfo en la segunda vuelta de las cruciales elecciones legislativas en Francia. Los resultados suponen un revés para la líder ultraderechista Marine Le Pen, que fracasa así en su intento de lograr la mayoría absoluta, que las proyecciones consideraban posible tras la primera vuelta celebrada el domingo pasado.
El primer ministro, Gabriel Attal, anunció su dimisión tras conocerse las primeras proyecciones, pero se mostró dispuesto a dirigir el Ejecutivo de forma provisional ante la situación de bloqueo parlamentario.
El Nuevo Frente Popular (NFP), que incluye a la ultraizquierdista Francia Insumisa y al tradicional Partido Socialista, logra una mayor cantidad de escaños, según sondeos citados por el diario Le Figaró, pero la falta de una mayoría absoluta aumenta la incertidumbre política en el país. Detrás se ubica el oficialista Juntos por la República de Emmanuel Macron y luego la Agrupación Nacional de Le Pen.
La coalición de izquierdas obtendría entre 177 y 192 de los 577 escaños de la Asamblea Nacional (cámara baja), seguido de la alianza oficialista entre 152 y 158 y el partido ultraderechista Agrupación Nacional (RN) y sus aliados con entre 138 y 145, según la última proyección de Ipsos, mientras sigue el escrutinio.
Los pactos implícitos entre el oficialismo y la coalición de izquierdas, consistentes en concentrar el voto en el candidato con más posibilidades de derrotar a RN en cada circunscripción, frustraron las proyecciones que vaticinaban un triunfo de la derecha radical. Así, en más de 200 distritos, hubo renuncias masivas de los candidatos con menor posibilidad de triunfo para polarizar la elección con la RN.
Pero los resultados suponen también un golpe para Macron, de 46 años, que pierde la mayoría simple que gozaba desde 2022 y deberá compartir el poder con un gobierno que no controlará. Su segundo mandato termina en 2027.
A menos de tres semanas del inicio de los Juegos Olímpicos de París, la incertidumbre planea sobre la composición del próximo gobierno.
Varias hipótesis emergen: Una difícil coalición entre parte de la izquierda y el oficialismo, o incluso un gobierno tecnócrata con apoyo parlamentario en la segunda economía de la UE. Sin embargo, una eventual coalición parece difícil por las críticas cruzadas entre La Francia Insumisa (LFI, izquierda radical), importante socio del NFP, y el oficialismo. Macron calificó incluso a este partido de “antiparlamentario” y “antisemita”. Por lo pronto, el jefe de la izquierda radical, Jean-Luc Melenchon, pidió ya a Macron que nombre a un premier de su fuerza. Macron, a su vez, pidió prudencia y dijo que su propia alianza “sigue viva” tras el balotaje.“La cuestión es quién gobernará a partir de ahora y logrará una mayoría”, afirmó el presidente. Desde la ultraderecha, el joven Jordan Bardella, candidato a premier de su fuerza, acusó a Macron de entregarle al país “a los brazos de la extrema izquierda”.
Una alternativa a LFI sería integrar en esta coalición a los diputados de derecha de Los Republicanos (LR), que no pactaron con RN. Sus eventuales escaños, entre 57 y 67, podrían ser cruciales para una alianza parlamentaria sin la izquierda radical.