Lula gana aliados contra las políticas del Banco Central brasilero

El Nobel de Economía Joseph Stiglitz se pronunció a favor del presidente.

El gobierno de Brasil desplegó un movimiento nacional e internacional, que contó con el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz y la poderosa Federación de Industrias del Estado de San Pablo (Fiesp), para fustigar la política de elevación de tasa de interés del Banco Central, conducido por el bolsonarista Roberto Campos Neto, quien es defendido por el sector financiero.

El sector productivo brasilero se alineó así con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva en su objetivo de combatir la política del Banco Central heredada del gobierno anterior, calificando las tasas de interés como “pornográficas”, al punto que los industriales paulistas pidieron ser tratados con los mismos incentivos que recibe el agronegocio para poder reindustrializar el país.

El Banco Central se reunirá mañana para decidir si mantiene o baja la tasa de interés de referencia de la economía, que se encuentra en 13,75%, luego de que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva acusara al bolsonarista Campos Neto de tener de “rehén” a Brasil porque argumenta que con ese nivel de enfriamiento del crédito y el consumo el país no podrá crecer y generar empleo.

Es por eso que el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (Bndes, principal banco de fomento estatal de América Latina) utilizó ayer un seminario internacional para bombardear la política monetaria heredada del bolsonarismo debido a que, por la ley del Banco Central independiente de 2021, Campos Neto seguirá en el cargo hasta 2024.

En el seminario, Stiglitz, profesor de la universidad estadounidense de Columbia, defendió la posición del gobierno de Lula al afirmar que “las altas tasas no resolverán el problema de la inflación y generarán un movimiento recesivo”.

“Hay evidencias de que la tasa aumenta y disminuye su capacidad de producción. No se puede justificar ni en Estados Unidos ni en otros países la alta tasa de interés como respuesta adecuada a la inflación, es antiproductivo porque el Estado paga más servicios de deuda y disminuye su capacidad fiscal para invertir en el crecimiento del país y el desarrollo”, aseguró Stiglitz.

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