Lula quiere cobrarles más impuestos a los “superricos” de Brasil

El anuncio lo hizo el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, quien aseguró que este tipo de medidas sobre los fondos de inversión exclusivos busca “corregir cosas absurdas en el sistema tributario” del país.

El gobierno de Brasil quiere cobrarles impuestos a los “superricos” que tienen fondos offshore o poseen sus inversiones en fondos exclusivos que actualmente no pagan impuesto a las Ganancias, con el objetivo de cumplir las metas de déficit fiscal para 2024, según anunció en las últimas horas el ministro de Economía, Fernando Haddad.

El funcionario explicó las distorsiones impositivas en Brasil con que los trabajadores que ganan más de 2.650 reales (unos 552 dólares) pagan impuestos a las Ganancias, cuando los fondos de inversión de los ­“superricos” no lo hacen.

“Estos fondos de inversión exclusivos no pagan impuestos nunca y es algo que llama la atención, por ejemplo, fuera de Brasil. Un trabajador que cobra un salario bajo para impuesto de Renta y una persona que gana millones está exenta con este modelo”, explicó Haddad.

Tras el éxito político logrado con la media sanción de la reforma ­tributaria en la Cámara de Diputados, que contó con el apoyo de las fuerzas derechistas incluidas en el bloque llamado Centrão, que buscan más espacio en el Poder Ejecutivo, el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva pretende aumentar la recaudación con impuestos a los sectores de mayores ingresos que hoy están exentos.

“¿Alguien cree que un brasileño que es rico, tiene residencia en Brasil y dinero en el exterior no tiene que pagar por los ingresos de un fondo personal offshore? ¿Por qué? ¿Y los fondos exclusivos, en los que una persona delega acciones a sus descendientes y nunca paga im­puesto a la Renta? Son cosas que llaman la atención del mundo sobre Brasil”, aseguró Haddad al diario Folha de São Paulo.

El ministro afirmó que el Congreso tendrá la última palabra, pero aseguró que los diputados y ­senadores, incluso los de la oposición derechista o antiguos aliados del presidente Bolsonaro, deberán enfrentarse a los dilemas de la distribución del ingreso frente a situaciones de crisis globales.

“El Congreso, que tendrá la última palabra, lo sabe: cuando se vive un boom, hay para todos los gustos. Ahora no. Quien no apoye se enfrentará a que haya una ­persona más con hambre en Brasil”, cerró.

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