Murió hace 14 años, su cuerpo permanece intacto y será beatificado

Conocido como “Ciberapóstol” o “Influencer de Dios”, Carlo Acutis nació en Londres en 1991 y murió en Monza (Italia), en 2006, debido a una leucemia mieloide aguda. A catorce años del fallecimiento, su cuerpo permanece intacto y este sábado será beatificado por el Papa Francisco.

A los 11 años, Carlo comenzó a investigar los milagros Eucarísticos ocurridos en la historia. Aficionado y amante de la informática, utilizó todos sus conocimientos para crear una web que recorría esos hechos. A los 15 años, el adolescente hizo una videoconferencia en la que, mirando al cielo, afirmó: “Cuando pese 70 kilos, estoy destinado a morir”.

En octubre de 2006, el joven comenzó a sentirse muy mal y fue hospitalizado de urgencia. Apenas entró al centro médico, miró a su madre y le dijo: “De aquí, no salgo más”. Durante su enfermedad, ofreció sus sufrimientos "por el Papa Benedicto XVI y por la Iglesia". Finalmente, el 12 de ese mismo mes, murió, con exactamente 70 kilos.

Tras su deceso, se le adjudicó el milagro de haber sanado a un niño brasilero de 6 años, gravemente enfermo, en Campo Grande, capital del Estado de Mato Grosso del Sur. La mamá de Acutis, Antonia Salzano, contó: “El Padre Marcelo Renório invitó a los parroquianos a rezar una novena y apoyó un pedazo de camiseta de Carlo sobre el paciente, que al día siguiente empezó a comer y cuyo páncreas repentinamente estaba sano sin que los cirujanos lo hubieran operado”.

Luego de este hecho, en 2013 comenzó el proceso de canonización en la Arquidiócesis de Milán, y cinco años más tarde, Francisco declaró a Carlo Acutis Venerable Siervo de Dios. Siete años después, el pasado 21 de febrero, el Papa aprobó el milagro por el que el “Ciberapóstol” será honrado con culto.

El jueves pasado, se produjo la gran sorpresa cuando el cuerpo del joven fue exhumado para su beatificación. La tumba fue abierta en una ceremonia religiosa en el Santuario en Asís y las imágenes se volvieron virales porque, a 14 años de su entierro, el cuerpo se mantenía en perfectas condiciones, sin signos visibles de deterioro.

El arzobispo de esa ciudad italiana, Domenico Sorrentino, aseguró: “Este cuerpo mortal está destinado a la resurrección”.
Según el religioso, será la primera vez en la historia en la que se verá a “un santo vestido con pantalones jeans, zapatillas deportivas y buzo”.