Musicoterapia: otra herramienta para combatir los efectos de la pandemia

Profesionales de la UNLP pusieron en marcha el proyecto Consonancias, cuyo objetivo es llevar alivio tanto a los trabajadores de la salud como a los pacientes internados.

Desde la llegada del coronavirus al país, el ritmo laboral de los trabajadores de la salud se volvió frenético. A la vez, aumentó el estrés generado por el desgaste físico, psicológico y emocional de los equipos sanitarios.

Frente a este panorama, las autoridades del Hospital Interzonal General de Agudos Doctor Rodolfo Rossi se pusieron en contacto con la Cátedra Libre de Musicoterapia de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) para poner en marcha distintos mecanismos que disminuyeran el impacto de la pandemia.

De esta manera, el último 21 de septiembre, en el marco del Día de la Sanidad, comenzó a funcionar el proyecto Consonancias, a partir del cual se busca generar alivio a trabajadores y pacientes, a través de la música.

En diálogo con diario Hoy, Daniel Gonnet, musicoterapeuta e integrante del proyecto destacó: “Venimos haciendo cosas con las distintas facultades, tratando de contribuir en cuestiones públicas. Esto tiene mucho que ver con eso de poder dar una mano y trabajar desde la disciplina en lo que sea necesario. En el contexto de pandemia, si bien hay colegas que ya estaban en hospitales, quedaba bastante restringido lo que podíamos hacer”.

Cada uno de los sectores del Rossi creó una lista de canciones para acompañar la jornada de trabajo y así darse ánimo.

La reproducción de las playlists está organizada por semana: durante los primeros siete días, se escuchá la música de siete áreas o servicios en tres momentos diferentes, a las 10, 16 y 20 horas; la segunda semana se repite el esquema; mientras que en la tercera se inicia con otros siete sectores diferentes, y así sucesivamente.

“Se dispuso esta distribución de horarios para que los distintos turnos de rotación de los trabajadores la puedan escuchar”, agregó Gonnet.

A dos semanas del inicio del proyecto, el musicoterapeuta asegura que, si bien “es difícil recibir un feedback di­recto”, los jefes del servicio dicen que “hay pacientes que piden entornar la puerta para escuchar un poco de música”. Luego, añadió: “A medida que van pasando las semanas, la dirección del hospital y los trabajadores rescatan la necesidad de humanizar la salud”.

En relación a los beneficios de la música, el profesional explica que se trata de un “vehículo de subjetividad e intersubjetividad que va más allá de lo que suena y del contenido estético. Hay un contenido afectivo muy fuerte que motoriza otras cosas´”.

Si bien el convenio entre la cátedra y el hospital es específico para las necesidades de la institución, el musicoterapeuta destacó que “en caso de que haya cierta demanda, el dispositivo ya está armado y sería bastante sencillo replicarlo”.

Además de Gonnet, el proyecto cuenta con la participación de Agustina Iturri, Ailén Rodríguez, Cecilia Moscuzza, David Schanton, Érica Godetti, Flavia Mancini, Ignacio Chuchuy, Marianela Pacheco, Martín Rantucho, Rodrigo Duarte, Verónica Cannarozzo y Verónika Díaz Abrahan.

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