Pakistán cerró sus pasos fronterizos con Afganistán para evitar el flujo migratorio
Desde que las tropas estadounidenses se retiraron, miles de refugiados cruzan a diario las fronteras para huir de un país que se encuentra ahora bajo control talibán casi en su totalidad. El gobierno pakistaní pidió “no abandonar” a los afganos.
El gobierno de Pakistán informó que ordenó el cierre temporal de los principales pasos fronterizos con Afganistán para evitar el ingreso de personas procedentes del país vecino, donde el éxodo de personas que huyen de los talibanes, en el poder desde el 16 de agosto, no se detiene.
“Cerraremos el paso de Chaman durante un tiempo”, señaló el ministro del Interior, Rashid Ahmed, durante una conferencia de prensa en Islamabad, en la que no especificó cuánto tiempo regirá la medida, según informó la agencia de noticias Europa Press.
El paso de Chaman une la provincia pakistaní suroccidental de Balochistán con Spin Boldak, en la provincia afgana de Kandahar, bastión de los talibán y lugar que los vio nacer.
Desde que las tropas estadounidenses abandonaron suelo afgano, miles de refugiados cruzan la frontera a diario para huir de un país que se encuentra ahora bajo control talibán casi en su totalidad.
Según las autoridades pakistaníes y varias ONG, miles de personas se encuentran aún a la espera para poder abandonar el país cuanto antes.
Pakistán alberga por el momento más de 2,7 millones de refugiados afganos que huyeron de su país desde los años 70, y fuentes del gobierno revelaron que se espera que unas 800.000 personas lleguen vía terrestre.
El país posee decenas de pasos fronterizos sobre una extensión de aproximadamente 2.500 kilómetros.
Torkham, el segundo mayor paso de la frontera, también se encuentra cerrado.
Terrorismo internacional
El canciller pakistaní, Shah Mahmud Qureshi, instó a la comunidad internacional a evitar repetir el “error” de abandonar al pueblo afgano y alertó que “no comprometerse con los talibanes daría espacio a las organizaciones terroristas internacionales”.
Para Qureshi, la comunidad internacional “debe sopesar sus opciones”, que básicamente implican comprometerse con los talibanes o “aislarlos”. “Existe una opción de que el pueblo afgano sea abandonado”, dijo.
Pakistán es un importante aliado musulmán y extra-OTAN de Estados Unidos, y además de la extensa frontera, comparte profundos vínculos culturales, étnicos y religiosos con Afganistán.
Fue uno de los poquísimos países que reconocieron al anterior gobierno de los talibanes, aunque en esta oportunidad dijo que no lo hará sin consultar con sus aliados.
Los talibanes son pashtunes, una etnia musulmana muy numerosa, y millones de pashtunes viven en el oeste de Pakistán, en la frontera con Afganistán.
Muchos líderes talibanes residen en esa zona, donde reclutan a combatientes pashtunes y organizaron la resistencia en territorio afgano.
Durante décadas, las escuelas coránicas, o madrasas, de Pakistán han sido acusadas de alimentar el islamismo radical adoctrinando a decenas de miles de estudiantes.