Putín acusó a Ucrania por el ataque al puente de Crimea

El presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que la explosión del puente que conecta a Crimea con Rusia fue un acto de terrorismo ejecutado por los servicios especiales del gobierno de Ucrania. “No hay duda. Se trató de un acto terrorista destinado a destruir infraestructuras civiles de importancia crítica”, manifestó. Por otra parte, el Kremlin se reunió con el Consejo de Seguridad, que incluyó a los principales ministros y representantes de los servicios de inteligencia y del ejército, para abordar cuáles serán los pasos a seguir durante los próximos días.

El puente de Crimea, de casi 18 kilómetros de longitud, es considerado el puente más largo de Europa y se ubica sobre el estrecho de Kerch. Su construcción, además, tuvo un carácter simbólico: demostrar la determinación del gobierno ruso de conservar Crimea como parte de su territorio, uniéndolo definitivamente después de la anexión en marzo de 2014. Pero también se trata de un sitio estratégico en la disputa que mantienen Rusia y Ucrania, pues ésta última continúa reclamando sus derechos sobre Crimea.

“Esto fue ideado, realizado y ordenado por los servicios especiales ucranianos”, denunció públicamente Putin. Asimismo, el mandatario se reunió con Alexander Bastrykin, jefe del Comité de Investigación de Rusia, que presentó las conclusiones de una investigación sobre la explosión y el incendio del sábado en el puente. También se encargó de ordenarle al Servicio Federal de Seguridad reforzar las medidas de protección de la infraestructura del puente, que se suponía era una de las mejor protegidas de Rusia.

Putin anticipó que la respuesta “será firme y por su envergadura se corresponderá con el nivel de amenazas” a su país. Lo cierto es que, tras la explosión del puente del día sábado, se viralizaron mensajes de júbilo de algunos funcionarios ucranianos que, no obstante, no asumieron responsabilidad. El puente representa la arteria principal para el ejército ruso en el sur de Ucrania, donde el objetivo es controlar la mayor parte del territorio de Jersón y de la región de Zaporiyia y el puerto de Sebastopol, donde yace la flota rusa del mar Negro.

“La situación es manejable: es desagradable, pero no fatal”, afirmó el gobernador ruso de Crimea, Sergei Aksyonov en conferencia de prensa. “Por supuesto, las emociones se han disparado y hay un sano deseo de buscar venganza”, agregó. Según las autoridades rusas, tres personas fallecieron en la explosión de la madrugada del sábado. Asimismo, en el nivel superior del puente también se incendiaron siete vagones cisterna de combustible de un tren que se dirigía a la península del mar Negro.

El gobierno ruso advirtió que la oleada de misiles contra ciudades ucranianas no será la última si Kiev amenaza con atacar nuevamente infraestructuras rusas.“Es imposible dejar sin respuesta los crímenes del régimen de Kiev”, dijo Putin.

Por su parte, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, acusó a Rusia de bombardear instalaciones críticas y objetivos civiles en Kiev y otras ciudades importantes del país para “causar el mayor daño posible”. Estos ataques en el centro de la capital y otras localidades como Dnipro, Járkov y Lviv, entre otras, causaron al menos 11 muertos y 64 heridos. Zelenski advirtió a la población ucraniana a no abandonar los refugios, tras asegurar que Rusia pretende “borrar de la faz de la tierra” a su país. “Quieren el pánico y el caos, quieren destruir el sistema energético”, alertó el primer ministro de Ucrania en un video difundido en las redes sociales. Además, informó que los ataques con “decenas de misiles” y drones iraníes Shahed apuntaron contra Ucrania, de norte a sur y de este a oeste. Por último, el jefe del ejército ucraniano, Valeriy Zaluzhny, notificó que “el agresor lanzó 75 misiles” y que “41 de ellos fueron derribados por nuestra defensa aérea”.