San Pablo se sumó a Río y canceló su Carnaval 2022 por la variante Ómicron

En la celebración participan habitualmente unas 15 millones de personas. “Por cuentade la situación epidemiológica está cancelado el Carnaval callejero de San Pablo”, dijo ayer el alcalde paulista, Ricardo Nunes.

El gobierno del estado de San Pablo, en Brasil, anunció ayer la cancelación de los carnavales callejeros debido a la pandemia del coronavirus agravada por la nueva cepa Ómicron, y varias comparsas decidieron no desfilar.

“La posición del estado de San Pablo es aquella expresada por nuestros médicos, no es momento de aglomeraciones de tal orden por ello la recomendación es evitar que acontezca, pero la decisión final es de las alcaldías”, expresó en las últimas horas el gobernador de dicho estado, Joao Doria.

La decisión se debe a que se han disparado las internaciones y consultas en las guardias de salas de primeros auxilios y hospitales a raíz de la expansión masiva de la nueva cepa y un brote de influenza, dos realidades que también se registran en otras ciudades brasileñas.

Cabe señalar que durante la semana los casos de positividad se incrementaron en un 45% en el vecino país. Con esta resolución, San Pablo se suma a otras ciudades que han cancelado sus carnavales callejeros, como Río de Janeiro, Bahía, Recife, Fortaleza y otras siete capitales de estados.

En ese sentido, el alcalde paulista, Ricardo Nunes precisó: “Por cuenta de la situación epidemiológica está cancelado el carnaval callejero de San Pablo”.

Más de 200 agrupaciones carnavalescas barriales anunciaron que desisten de salir a las calles paulistanas y criticaron a las autoridades por falta de diálogo.

Al igual que en Río, Nunes mantuvo la organización del desfile de escuelas de samba en el sambódromo, previsto para fines de febrero, aunque con protocolos similares a los estadios de fútbol. Dependerá de las escuelas de samba (que funcionan como una suerte de clubes sociales barriales) adherir a los protocolos sanitarios, explicó el intendente paulista.

El secretario de Salud de la ciudad de San Pablo, Edson Aparecido, había informado que en diez días crecieron 30% las internaciones por Covid-19 a raíz de la transmisión de la variante Ómicron, que ya es la dominante en Brasil, segundo país después de Estados Unidos en muertes y el tercero en casos, detrás de Estados Unidos e India.

En paralelo, en Río de Janeiro, el intendente Eduardo Paes informó que el 17 de enero iniciará la vacunación de niños entre 5 y 11 años, luego que el Ministerio de Salud anunciara el plan de distribución de vacunas Pfizer que deben llegar el próximo jueves.

En ese sentido, vale remarcar que el gobierno brasileño anunció que incluyó a los niños de entre 5 y 11 años en el programa nacional de vacunación contra la Covid-19 pese a la resistencia del propio jefe de Estado, Jair Bolsonaro, que ya anticipó que no permitirá que su hija sea inmunizada.

El ministro de Salud, Marcelo Queiroga, explicó que la vacunación de los menores de edad no será obligatoria y que no se le exigirá a ninguno de ellos que presente prescripción médica, como inicialmente había planteado el gobierno en un intento por dificultar la vacunación.

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