Clementina II: la historia que empezó a salir a la luz después de la mesa judicial

Hace unos días relatamos en las páginas de diario Hoy cómo la tristemente famosa “mesa judicial bonaerense” tenía su ramificación en lo que podría ­denominarse “mesa empresarial”, que ­favorecía los negocios inmobiliarios que se fueron generando en la capital bonaerense con un claro aval del Municipio encabezado por Julio Garro.

La reunión del 15 de junio de 2017 que salió a la luz en el video se dio en momentos en que el intendente transitaba su primer mandato y cuando comenzaba a mirar una serie de ­expedientes que había dejado su antecesor, Pablo Bruera, sobre la rezonificación de 38 lotes. Allí estaban puestas las expectativas del sector inmobiliario y de la construcción, que esperaban que con la nueva administración comunal pudieran continuar sus proyectos, y para eso era necesario “correr del medio” a determinados dirigentes que “complicaban” el accionar empresario.

Entre 2017 y 2018 se avanzó entonces desde el Concejo Deliberante –con mayoría de Juntos por el Cambio– con el aval que necesitaban 34 desarrollos inmobiliarios que databan de la gestión anterior, y un decreto del intendente Garro autorizó la construcción de un importante emprendimiento denominado Clementina II, en la cuenca alta del arroyo Carnaval en City Bell.

Aquí comienza la historia sobre este nuevo barrio privado de cinco parcelas que se subdividieron entonces en 20 manzanas y que gracias al expediente sancionado fueron subdivididas en unos 228 lotes. A menos de 150 metros del lugar hay un emprendimiento bastante más chico, que se llama Clementina.

Lo que hizo el decreto del jefe comunal fue autorizar la asimilación en esos lotes de los indicadores que el Código de Ordenamiento Urbano contempla para las zonas residenciales de la periferia del eje noroeste (Zona U/R6). Los terrenos en cuestión están ubicados en Los Porteños, territorio integrado a City Bell, y están atravesados por las calles 30, 31, 31 bis y 132, desde 449 hasta el arroyo Carnaval (a la altura de 442).

¿Quién está detrás del Clementina II?

El expediente fue iniciado por Astufa Fiduciaria SA a través de su presidente, Juan Sebastián Lorne Stephens, quien se constituyó como fiduciario del fideicomiso Urbanización Clementina II. Según indica en su hoja de AFIP, la empresa se dedica a la construcción, reforma y reparación de edificios residenciales, lo cual incluye viviendas unifamiliares y multifamiliares.

Sin embargo, en el currículum de Lorne Stephens se puede ver que se trata de un abogado que integró los directorios de compañías tales como Empresas Unidas SA, Sebaty SRL, Publicis Group SA, Telcel Comunicaciones, Smart Fiduciario SA, Mediciones y Control SA, OH Producciones SA, FSM Full Service SRL, HG Holder Group SA, Scanner Editorial SA, AVIX SA, AMP Atención Médica Primaria SA y 108 SA.

Aunque resulte llamativa la cantidad de firmas en las cuales participó, no implicaría algo “ilegal” prima facie. Sin embargo, este hombre no solamente se dedicaba a ser parte de diferentes directorios, sino que también, según consta en una denuncia radicada en sede judicial, pesa sobre él el intento de usurpación de una propiedad.

En la causa iniciada en 2013 ante el fiscal Marcelo Martini fueron denunciados el apoderado de la empresa Lauquen SA, Rubén César González, el abogado de la firma en aquel momento Juan Sebastián Lorne Stephens, junto a Haydeé Araceli Arballo y al escribano platense Tomás Diego Bernard, hijo del juez del Tribunal Oral y Criminal nº 2 de La Plata, Claudio Bernard.

Cabe destacar que Bernard también se encuentra denunciado en otra causa por usurpación de una propiedad ubicada en calle 505 entre 14 y 15 de Gonnet. Además, según pudo saber este medio, tendría vínculos y habría prestado servicios a dirigentes que actualmente forman parte de Cambiemos en La Plata.

Stephens, denunciado entonces por ser parte de una “asociación” que falsificaba escrituras, ahora es propietario de Astufa Fiduciaria SA, que curiosamente recibió la venia del Ejecutivo comunal a través del propio Julio Garro para desarrollar el emprendimiento que en 2018 se especulaba que generaría un negocio de 90 millones de dólares, solo con el valor de los lotes.

La punta del ovillo recién comienza a ­deshilvanarse y los actores que no querían ser nombrados empiezan a salir a la luz. Pero este es solo el comienzo.

El proyecto contempla la apertura de calles, la utilización del espacio lindante con el arroyo como parque, un plan de forestación, espacios peatonales y de recreación, y la extensión de las redes de servicios públicos.

Llegó al Concejo Deliberante en el marco de las discusiones por otra iniciativa con la que se regularizan los indicadores urbanísticos de otros 34 desarrollos urbanos que fueron aprobados por decreto por la gestión del ­exintendente Pablo Bruera, pero que nunca fueron ratificados por el cuerpo deliberativo, una condición impuesta por un decreto ley provincial (8.912/77). Entre ellos está el barrio Clementina, un proyecto de urbanización ubicado a pocos metros del Clementina II, que contempla una integración con la ribera del arroyo Carnaval.

Regularizándolos ahora con el paso por el Concejo Deliberante, la actual gestión pretende destrabar situaciones administrativas que impiden continuar con los proyectos. En todos los casos se trata de rezonificaciones, aunque tienen entre sí distintos niveles de avance.

Pero el expediente de Clementina II no está firmado por la gestión anterior, sino por la actual. El Departamento Ejecutivo se vale de la herramienta que le da el artículo 267 del Código de Ordenamiento Urbano, que permite asignar a las parcelas de “reserva urbana” los indicadores de las zonas residenciales cuando estas sean aledañas.