“Cualquier organización en defensa de los intereses populares estaba en la mira del macrismo”

En diálogo con diario Hoy, Luis D’Elia indicó que la mesa judicial macrista/vidalista “es la prueba de cómo funcionaba el lawfare en la Argentina”. “Armaron mesas judiciales, funcionaron juntos el Poder Judicial y Cambiemos en La Plata, en la provincia de Buenos Aires”, le dijo a este multimedio.

D’Elia remarcó que “también hubo otras conexiones”. Y ese es el caso suyo. “En mi caso, el cable 1222 de Wikileaks, donde la embajada de Estados Unidos le pide a Macri mi detención a sabiendas de que los 200.000 cables de Wikileaks fueron admitidos como propios por el Departamento de Estado (de los Estados Unidos)”, destacó.

Por ello, D’Elia fue contundente y dijo que “esto de la mesa judicial deja en claro todo”. “Ahí trascendió vía la doctora Cristina Caamaño que hay 60 videos como el que vimos todos por televisión”, añadió.

Además, el dirigente social afirmó que Cristina Caamaño le entregó una carpeta de 500 hojas, que publicó en sus redes sociales, donde se ve “cómo día a día los servicios del macrismo nos hacían inteligencia con fotos, con nombres de agentes, con lugares”. “Una cosa espantosa”, señaló D’Elia.

“Se tiene que terminar esto en la Argentina y en América Latina, porque convengamos que el lawfare es un plan continental donde las oposiciones a los intereses norteamericanos lo pagaron caro, y creo que el ejemplo más claro es Lula Da Silva”, remarcó el dirigente social.

—¿Cree usted que este plan de persecución sindical proviene de esferas de poder más altas que Vidal y Macri?

—Edward Prado y el que fuera otrora hasta hace poco embajador de los Estados Unidos de la Argentina lo dijo el día que le aprobaron el pliego, y está en los diarios norteamericanos. Él venía a la Argentina a intervenir el Poder Judicial, cosa que hizo.

—¿Cree que los empresarios de la construcción se acercaron al go­bierno de Cambiemos para pe­dirle ayuda contra las presiones del “Pata” Medina?

—Creo que los empresarios de la construcción, con Macri a la cabeza, opera­ron en defensa de sus intereses económicos a los efectos de reducir derechos de los trabajadores y de pulverizar los sindicatos que defienden los intereses de los obreros en el sector. Esto fue claramente con mala intención.

—¿Y cree que después había una segunda fase? Es decir, ¿primero quebraban a los sindicatos y luego avanzaban hacia otra fase, como por ejemplo hacia una flexibilización laboral?

—Avanzaron sobre los sindicatos y los movimientos sociales. Acá los movimientos sociales tuvimos a Milagro Sala, a Esteche, a mí, y en Jujuy a 13 dirigentes sociales más. Cualquier organización que expresara la defensa de los intereses populares estaba en la mira del macrismo.

—¿Pese a que haya denuncias? Había obreros que sí denunciaban aprietes del “Pata” Medina y personas en Jujuy que decían que Milagro Sala presionaba.

—A ver, es como pasó en la dictadura. No se puede combatir al caníbal comiéndose al caníbal.