El balotaje en la Argentina, el caso fallido y la primera experiencia

Tras la modificación de la Constitución de 1994, hubo dos acercamientos de la sociedad a la segunda vuelta. Recordamos cuando Menem decidió no participar ante Néstor Kirchner y la elección entre Macri y Scioli que marcó el cierre de una era.

Este domingo se realizará un nuevo balotaje en la Argentina, a partir del cual se conocerá al próximo presidente de los argentinos y argentinas, que tendrá la enorme responsabilidad de gobernar durante los próximos cuatro años. Por el lado de La Libertad Avanza, el postulante a la jefatura de Estado es Javier Milei y por Unión por la Patria se presenta Sergio Massa.

La Argentina llega a esta segunda vuelta en medio de un clima de alta tensión política, en un contexto de máxima división y con dos fuertes posturas ideológicas marcadas en la sociedad. Además, en esta contienda se ponen en juego cuestiones que hacía tiempo que no se discutían en un proceso electoral.

A 40 años del regreso de la democracia a la República Argentina, los ciudadanos tendrán la posibilidad de ir hoy a las urnas para elegir entre dos modelos totalmente distintos y que ambos tienen altas chances de ganar.

A eso se le suma la particularidad de la definición que es la segunda vuelta, o el balotaje. Como si fuera una tanda de penales a la que se llegó luego del tiempo adicional de un reñido partido de futbol, ahora, los postulantes de ambas fuerzas se enfrentarán mano a mano y cara a cara para disputarse el lugar más buscado de la Casa Rosada, la presidencia.

Lo que pasó anteriormente ya lo conocemos, unas PASO con sorpresa y unas generales que arrojaron un resultado diferente fueron el camino que transitaron ambas fuerzas políticas para llegar a estar hoy en la posición de participar de un nuevo balotaje que marcará la historia.

En la Argentina, la Constitución Nacional establece que, a esta instancia de segunda vuelta se llega cuando ninguno de los aspirantes a la jefatura de Estado logra superar el 45% de los votos o ninguno le saca 10 puntos de diferencia al otro. En tanto, los artículos 94 y la 96 señalan: “El presidente y el vicepresidente de la Nación serán elegidos directamente por el pueblo, en doble vuelta, según lo establece esta Constitución. A este fin el territorio nacional conformará un distrito único. La segunda vuelta electoral, si correspondiere, se realizará entre las dos fórmulas de candidatos más votadas, dentro de los treinta días de celebrada la anterior”.

Casos argentinos

Si bien la palabra está muy presente en cada contexto electoral, hasta este momento, en nuestro país, el balotaje se llevó a cabo una sola vez y fue en el año 2015, luego de que en las generales de dicho período el candidato del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, obtuviera el 37,08% de los votos frente al 34,15% que consiguió el entonces candidato de Cambiemos, Mauricio Macri. Unos días después, tal como lo marca la Constitución, ambos postulantes se vieron la cara en la denominada segunda vuelta y el ingeniero Macri logró dar vuelta la elección con el 51% de los votos, pudiendo gobernar hasta el año 2019, año en que finalmente termina regresando el peronismo al poder de la mano de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner. La contienda aquella quedó para la historia, ya que se dio en un contexto de extrema división de la sociedad, situación similar a la que se está dando actualmente y con actores un tanto similares en la escena.

Pero en el año 2003 también hubo un acercamiento directo al balotaje, cuando el entonces presidente Carlos Menem tenía que medirse ante Néstor Kirchner. A esta definición se llegó luego de que en las generales el entonces mandatario nacional consiguiera obtener el 24,45% de los votos y Néstor Kirchner, el 22,25%. Ante este número, el riojano anunció la baja de su candidatura. Entre los fundamentos de su decisión, Carlos Saúl señaló que la transparencia “no estaba garantizada para la segunda vuelta electoral”, por lo que estimaba conveniente no participar.

Desde ese entonces comenzó el gobierno de Néstor Kirchner, el referente que hace unas semanas fue recordado por una gran cantidad de dirigentes peronistas al cumplirse 13 años de su fallecimiento.

La actualidad y el después de la elección

Con algunas características similares a las que se vieron en el balotaje de 2015, esta elección da cuenta de que la división en la sociedad continúa presente y que las nuevas figuras que emergen por el descontento con la dirigencia deben ser tomadas como las expresiones de quienes tienen algo para decir y algo para marcar.

A la definición que se dará en la noche de este domingo se llega también tras una ­situación marcada por la sobreinformación propia del contexto de la era moderna y en un escenario en el que la campaña sucia desde ambos lados tuvo su cuota de ­participación. Desde videos falsos con ­inteligencia artificial hasta supuestos pronunciamientos de figuras de otros ámbitos, fueron algunos de los casos que marcaron el año electoral.

Ahora, una vez que todo termine, quedará en las distintas fuerzas políticas y en el próximo gobierno ver con qué herramientas se nutren para que la competencia de cara a los próximos años sea más sana por el bien de la política y del electorado en general. No solo es la economía, las inversiones y los distintos negociados las cuestiones que la nueva política deberá tener en cuenta para los próximos cuatro años.

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