El Banco Mundial prevé un crecimiento del 2% para Argentina en 2023
Estará condicionado, entre otros factores, por "la inflación muy elevada del país", que "obstaculizará la actividad económica”, señaló la entidad en un nuevo informe.
El Banco Mundial estimó un crecimiento de 2% en 2023 para la Argentina, condicionado por la alta inflación y en medio de un contexto global de desaceleración económica, además de las restricciones que imponen los controles de capitales.
“Se prevé que el producto interno bruto (PIB) de Argentina crezca un 2% en 2023, puesto que la inflación muy elevada del país obstaculizará la actividad económica”, señaló la entidad en su informe sobre Perspectivas Económicas Mundiales publicado hoy.
En el capítulo dedicado a América Latina sobre las páginas 69 y 70 del reporte el Banco Mundial subrayó que “los controles de capital, importación y precios continúan complicar el entorno empresarial”.
No obstante, consideró que “las inversiones para la construcción del gasoducto Néstor Kirchner” deberían beneficiar las cuentas fiscales y disminuir las importaciones de energía”. Asimismo, apuntó a las altas tasas de interés (superiores al 80%) como condicionante para la actividad económica. El informe añadió que, para 2024, se espera también un crecimiento del 2%.
Este comportamiento de la economía argentina se producirá en un contexto de desaceleración global. “Se proyecta que el crecimiento mundial se desacelerará al 1,7 % en 2023, el tercer ritmo más débil en casi tres décadas, solo opacado por las recesiones mundiales de 2009 y 2020”, indicó el Banco Mundial.
La entidad agregó que “esta desaceleración se debe en parte a la aplicación de políticas restrictivas destinadas a frenar la alta inflación”, al tiempo que advirtió que “una mayor inflación, políticas más restrictivas o tensión financiera, podrían empujar a la economía mundial a una recesión”.
Con este escenario, afirmó que “se necesitan medidas inmediatas para mitigar los riesgos de recesión mundial y sobreendeudamiento”. Asimismo, sostuvo que “es esencial que los responsables de la formulación de políticas se aseguren que el apoyo se focalice en los grupos vulnerables, las expectativas inflacionarias se mantengan bien ancladas y los sistemas financieros sigan siendo resilientes”.