El Gobierno apuesta al litio para disparar el desarrollo

La administración de Alberto Fernández prevé que en dos años las exportaciones de este mineral octupliquen su valor en dólares. Hay 38 proyectos para explotar el recurso, seis de ellos en la línea de largada. Una iniciativa para nacionalizarlo, la intención de desbancar a Chile y la puja de las provincias.

Ya en su tramo final, el Gobierno de Alberto Fernández procura dejar aseguradas tres líneas que sustenten el

desarrollo futuro de la Argentina. La primera es la producción y exportación de gas desde el yacimiento de Vaca Muerta y, en el futuro próximo, desde el de Palermo Aike. La segunda es la economía del conocimiento (de lo que diario Hoy informaba en su edición del lunes pasado). La tercera, que viene haciendo olas en la región, es la explotación del litio, un mineral valioso para el mundo de la tecnología.

En la actualidad, nuestro país es el cuarto proveedor de litio a nivel mundial; sólo Australia, Chile y China tienen una participación mayor en el mercado global. La Argentina produce anualmente, en promedio, 33.000 toneladas de este elemento.

El Gobierno argentino está cerca de cerrar un acuerdo con los Estados Unidos para continuar con las exportaciones a ese país aprovechando las condiciones de la Ley de Reducción de la Inflación que impulsa el presidente norteamericano, Joseph Biden, en medio de la puja con China por el control de la producción de litio.

En este contexto, el proyecto de nacionalización de esta industria, presentado por diputados del Frente de Todos (FdT), entre ellos Juan Carlos Alderete y Verónica Caliva (y del que diario Hoy informaba el miércoles 3), abre una polémica, porque es apoyado por el Gobierno nacional pero tiene sus detractores en las provincias donde están los mayores yacimientos (Catamarca, Salta y Jujuy).

El “Triángulo” y la OPEP

Y, hablando de provincias, hay una cuarta que quiere romper el llamado “Triángulo del Litio” y sumarse a la mesa conformada para orientar el rumbo de esta industria. Ricardo Quintela, gobernador de La Rioja, argumentó que las condiciones geomorfológicas de su provincia son exactamente iguales a las de las otras tres jurisdicciones mencionadas y reclamó que se reconozca que el “triángulo” es una concepción más política que geológica: que, en rigor, debería ser un cuadrilátero.

“Al Triángulo del Litio lo hemos estirado. Si miramos los mapas geológicos mineros actuales, se puede ver que La Rioja no está incluida en el Triángulo, pero las características geomorfológicas de la formación de los salares que tenemos son exactamente idénticas a las que tienen Catamarca, Salta y Jujuy. Estamos dentro de la unidad geomorfológica que se denomina Puna Austral”, explicó Fabio Casarín, gerente de la Sociedad Anónima con Participación Estatal Mayoritaria (Sapem) creada por el gobierno provincial para gerenciar el manejo del litio y energías renovables bajo jurisdicción riojana, y que fue bautizada Kallpa.

Las tres provincias del “Triángulo” también pugnan contra lo que consideran una amenaza desde afuera. Los tres gobernadores (el catamarqueño Raúl Jalil, el jujeño Gustavo Morales y el salteño Gustavo Sáenz) rechazan la idea de que se conforme una especie de consorcio internacional del litio en la región, similar a la Organización de Países Exportadores de Petróleo, que asociaría a nuestro país con Chile y Bolivia.

“Hay muchos proyectos de capitales argentinos y el empleo ha crecido mucho. Necesitamos que nos dejen trabajar”, dijo Jalil para explicar su oposición a la creación de una “OPEP del litio”. Para calmar las aguas, la Cancillería salió a negar que exista un proyecto semejante, y la secretaria de Minería, Fernanda Ávila, aseguró que cualquier esquema que se diseñe para la gestión del litio “tiene que tener como principales actores a las provincias”.

Un negocio en crecimiento

El Gobierno nacional espera que para 2025 las exportaciones de litio alcancen los 5.653 millones de dólares anuales, lo cual octuplica con creces el valor de 2022, cuando las ventas al exterior de este mineral sumaron 696 millones de la divisa estadounidense (lo cual ya triplicaba largamente la cifra de 2021).

Estos números surgen de las estimaciones de la Secretaría de Minería, que prevé que para ese año se exporten 200.000 toneladas de litio, contabilizando lo producido por los dos proyectos litíferos que están en funcionamiento, otros seis que están en construcción y se concluirán dentro de los dos años y uno más cuya puesta en marcha es inminente.

En este contexto, “es imprescindible que tomemos en nuestras manos la defensa de nuestra soberanía, protejamos los intereses nacionales referidos a este recurso natural estratégico y avancemos en medidas concretas que permitan la industrialización en origen con los debidos resguardos ambientales y de respeto a los pueblos originarios”, consideró Alderete, autor del proyecto legislativo de nacionalización.

Los emprendimientos que ya están produciendo son el de Sales de Jujuy en salar de Olaroz y el de Livent en salar del Hombre Muerto, en Catamarca. Y el tercero ya está a punto de empezar a funcionar: el de la minera Exar, en el salar de Susques, también en Jujuy. Bautizado “proyecto Olaroz-Cauchari”, iniciará sus actividades en los primeros días de junio.

Para 2030, el Gobierno espera que la Argentina logre desplazar a Chile del segundo puesto en la lista de proveedores mundiales de litio. Una quinta parte de las reservas globales de este mineral están en nuestro país. Chile ya anunció su intención de estatizar esa industria; nuestro país podría hacer lo mismo, si la disputa se resuelve en favor de la intención del Estado nacional y no de las provincias ricas en litio.

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