El kirchnerismo busca evitar que los jefes llamen fuera del horario laboral

La Dirección General de Comisiones envió el pasado lunes un proyecto de ley, presentado a mediados de agosto por la senadora Anabel Fernández Sagasti, que busca evitar que los trabajadores reciban llamadas de sus superiores una vez terminada la jornada.

La senadora mendocina del Frente de Todos Anabel Fernández Sagasti presentó el 16 de agosto pasado un proyecto de ley para modificar el artículo 1 de la ley de Jornada de Trabajo (11.544) y que el pasado lunes fue enviado a la comisión de Trabajo y Previsión Social.

El propósito de la propuesta, a la que accedió diario Hoy, es que los jefes respeten la jornada de ocho horas laborales y que luego no se demoren ni se comuniquen fuera de horario con sus empleados.

“La duración del trabajo no podrá exceder de ocho horas diarias o cuarenta y ocho horas semanales para toda persona ocupada por cuenta ajena en explotaciones públicas o privadas, aunque no persigan fines de lucro”, se escribió en el proyecto que fue ingresado a la Cámara alta el 16 de agosto y que esta semana se envió a la comisión de Trabajo y Previsión Social que preside la senadora del Frente de Todos Juliana Di Tullio.

En la reescritura del artículo 1 de la ley de Jornada de Trabajo, Fernández Sagasti propone exceptuar de esta propuesta a “los trabajos agrícolas, ganaderos y los del servicio doméstico”. Y también limitar la aplicación en los establecimientos en los que “trabajen solamente miembros de la familia del jefe, dueño, empresario, gerente, director o habilitado principal”.

Según lo descripto en el proyecto, la limitación establecida por esta ley es máxima y no impide una duración del trabajo menor de 8 horas diarias o 48 semanales para las “explotaciones señaladas”. “Entre el cese de una jornada de trabajo y el comienzo de la siguiente quedará prohibido el envío de directivas, consignas y solicitudes de actividades adicionales por medios tales como correos electrónicos, mensajes u otras herramientas tecnológicas”, señala la redacción de la senadora.

Qué dice la legislación argentina

Entre los fundamentos, Fernández Sagasti recurre a la definición de jornada de trabajo que, según la legislación argentina, es “todo el tiempo durante el cual el trabajador esté a disposición del empleador en tanto no pueda disponer de su actividad en beneficio propio”.

También cita y justifica que “integrarán la jornada de trabajo los períodos de inactividad a que obligue la prestación contratada, con excepción de los que se produzcan por decisión unilateral del trabajador”.

Además, la senadora apela al artículo 197 de la ley de Contrato de Trabajo para exponer los motivos por los que quiere que se apruebe su proyecto. La norma citada por la líder kirchnerista de Mendoza establece la uniformidad de la extensión de la jornada de trabajo en toda la Nación y otros detalles sobre los diferentes tipos de jornada y de contratos laborales.

Sin embargo, Fernández Sagasti recurre en su justificación del proyecto a lo que ocurre en la actualidad, que dista muchísimo del contexto en el que se elaboraron las leyes y artículos en cuestión.

“La legislación sobre jornada laboral nada ha dicho sobre la situación que atravesamos en la actualidad, signada por el uso de las tecnologías de la información y comunicación. Sin duda alguna que las denominadas nuevas tecnologías se han incorporado y están cambiando con fuerza al mundo laboral”, escribe la senadora, que agrega que hoy en el mundo “son millones los trabajadores que trabajan a distancia y ejecutan sus labores desde un escritorio en su hogar, desde un parque o desde un café en el centro de las ciudades”, y que “pueden enviar sus trabajos por correo electrónico desde cualquier parte del mundo y realizar reuniones o teleconferencias con personas que se encuentran a cientos de kilómetros del lugar en que ellos se encuentran”.

Es por ello que justifica “todo lo positivo” del teletrabajo y sus aportes “para un trabajo más rápido e inmediato”, pero asimismo advierte que estas condiciones se tornan “alarmantes” porque las condiciones laborales se han “flexibilizado”. Cita encuestas de otros países que hablan “de entre una hora y una hora y media de trabajo de más gratis para la empresa” y que ese tiempo, con la utilización de equipos informáticos de los que está dotado el trabajador fuera del horario de trabajo, “puede producir, en ocasiones, una sobrecarga de información y comunicación, dañina para su vida privada”.

“Los trabajadores que se conectan a distancia, a cualquier hora de cualquier día, (cargan) con el riesgo evidente de incumplir los tiempos de descanso diarios o semanales, lo que afecta de lleno la protección de su salud, recreación y lazos afectivos. Esto además produce estrés, sentimiento de cansancio y vacía de contenido lo relativo a los riesgos psicosociales”, escribe Fernández Sagasti.

Es por ello que para que esta ley sea aprobada en el Senado de la Nación y luego se haga lo propio en la Cámara de Diputados, la idea propuesta en el proyecto es que “se respete la jornada laboral y que, una vez finalizada, el empleador no imparta directivas por distintos medios electrónicos; y de esta manera se respete el horario de trabajo y al derecho del trabajador para realizar su vida”.

La ley de Teletrabajo, un antecedente

El 30 de julio de 2020, el mundo y el país sufrían plenamente la pandemia de coronavirus. En la Argentina todos los ciudadanos estaban encerrados en sus casas por disposición del Gobierno debido a que regía una cuarentena estricta.

Ese mismo 30 de julio, el Congreso aprobaba la ley de Teletrabajo, y el 14 de agosto fue promulgada por el Gobierno.

La norma reza que las personas que trabajen contratadas bajo el teletrabajo “gozarán de los mismos derechos y obligaciones que las personas que trabajan bajo la modalidad presencial y su remuneración no podrá ser inferior a la que percibían o percibirían bajo la modalidad presencial”. Y que “los convenios colectivos deben, acorde a la realidad de cada actividad, prever una combinación entre prestaciones presenciales y por teletrabajo”.

Además, en esta ley se contempla lo que pretende impulsar Fernández Sagasti: que la persona que trabaja bajo esa modalidad tendrá derecho a no ser contactada fuera de su jornada laboral y no podrá ser sancionada por hacer uso de este derecho.

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