La Plata

En primera persona: cómo funciona la Terapia Intensiva del Hospital San Martín

En diálogo con diario Hoy, la jefa del servicio de Kinesiología e integrante clave del equipo intensivista, Carolina Estelita, relató que en esta segunda ola de la pandemia viven “una pesadilla”.

La segunda ola de coronavirus en la región no da respiro y mucho menos para los trabajadores de la salud, que realizan una carrera contra el tiempo. El virus es cada vez más contagioso por la presencia de la nueva variante de Manaos.

En diálogo con diario Hoy, la jefa del servicio de Kinesiología del Policlínico San Martín y parte del equipo de Terapia Intensiva, Carolina Estelita, relató que están viviendo “una pesadilla” que jamás habían imaginado.

“El año pasado el trabajo se triplicó, y con esta nueva ola se triplicó lo de 2020, es increíble. Nunca pensé vivir todo lo que estoy viviendo, parece que estamos dentro de una película de terror, es terrible lo que estamos pasando. Mi turno es de 8 a 20 horas, pero cuando no estoy me mantengo permanentemente atenta al teléfono”, señaló la profesional.

El rol de los kinesiólogos intensivistas es clave dentro del equipo de Terapia Intensiva, dado que son quienes se encargan de realizar todo el trabajo que tiene que ver con la colocación y monitoreo de los respiradores. “Nuestro trabajo se divide en zonas: empieza en los pacientes que están en clínica y ahí vemos si hay un paciente con frecuencia respiratoria alta y evaluamos las posibilidades para resolver. Ahora que nos encontramos colapsados, estamos tratando de hacer maniobras no invasivas.

En la UTI (Unidad de Terapia Intensiva) participamos en el armado del respirador y todo lo que es la vía aérea; todo lo que es el monitoreo de la ventilación mecánica y pasar de eso al proceso en que los pacientes se recuperan y puedan recuperar su respiración”, relató Estelita.

En ese plano, marcó que hay dos salas de Terapia con 14 camas cada una, a las que se agregaron otras. Son un total de 40 camas con pacientes ventilados, por lo que los equipos se dividen por sectores para realizar el trabajo.

“En un turno en el sector de Covid-19 vi siete pacientes, parece poco pero realmente es un montón. Son pacientes a los que, para mejorar la oxigenación, se les aplica la maniobra de colocarlo boca abajo, lo que requiere de muchísimo esfuerzo. Somos poco personal en todas las especialidades, entonces nos distribuimos como podemos”, manifestó.



En las últimas semanas, debido a la baja disponibilidad de camas para recibir pacientes, comenzó a plantearse en el nosocomio la posibilidad de tener que utilizar el protocolo Última Cama.

“Nosotros participamos en decir a qué paciente apuntar para el uso del respirador. No es que queremos elegir, pero a veces hay pacientes grandes con comorbilidades, que tienen menos posibilidades. Entonces se prioriza poner la energía en pacientes jóvenes, que tienen más chances: es horrible. No es que se activó el protocolo, pero si se requiere se va a activar”, afirmó la profesional.

A ello se suma que la variante de Manaos ya tiene una alta circulación en la ciudad y la región, lo que dificultó el trabajo en los hospitales y sanatorios locales, que en muy poco tiempo pasaron a tener las camas al 100%.

“Es terrible la cantidad de gente joven que hay y nosotros nos vemos reflejados en ellos. Hemos tenido mucha gente entre 30 y 50 años en la Terapia Intensiva. Lamentablemente, la juventud es la que menos se cuida porque cree que no les va a tocar, pero hoy ya no hay distinciones porque la nueva cepa es mucho más contagiosa. Antes atacaba a gente mayor y con enfermedades previas, hoy ya no hay una sola categoría”, sentenció.

En ese orden, resaltó que en la última semana pasaron “días espeluznantes” porque murieron pacientes y las camas se ocuparon inmediatamente. “Se han abierto salas que nunca pensamos abrir, el año pasado se hablaba de esto pero no había pasado hasta ahora. En 2020 teníamos tasa de mortalidad altísimas. Este año algunos mejoran y salen, en general son jóvenes, o que no tienen comorbilidades. Hay pocos sectores no Covid-19 y el que no era termina siendo”, concluyó.

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