Jubilados reprimidos frente al Congreso: gases, balas de goma y siete detenidos
Reclamaban mejoras en sus haberes y acceso a medicamentos, pero fueron recibidos con un violento operativo policial. El Gobierno de Milei volvió a responder con represión a una protesta pacífica.
Este miércoles, una nueva protesta de jubilados terminó en una brutal represión frente al Congreso. Como todos los miércoles, cientos de personas mayores se congregaron para reclamar por el aumento de sus haberes, el acceso a medicamentos y contra el ajuste impulsado por Javier Milei. Esta vez, el operativo de seguridad fue más agresivo que lo habitual: siete detenidos, múltiples heridos y un despliegue policial inédito para una movilización pacífica.
Camiones hidrantes, balas de goma, gases lacrimógenos y un cerco de patrulleros rodearon desde temprano la zona. El epicentro del operativo fue el cruce de Avenida de Mayo y Montevideo, donde la policía impidió el avance de una columna que se dirigía hacia Plaza de Mayo. Allí comenzaron los empujones, los gritos, las corridas. Varios adultos mayores cayeron al piso y fueron arrastrados por efectivos uniformados, mientras otros intentaban asistirlos.
La versión oficial habló de “agresiones y objetos contundentes”, pero videos y testimonios desmienten ese relato. La mayoría de los presentes portaba carteles y banderas, no piedras. Organismos de derechos humanos denunciaron además que algunos manifestantes fueron marcados con pintura para ser identificados más tarde.
La Policía solo permitió el ingreso a legisladores, personal acreditado y periodistas, mientras el resto de la plaza permaneció bloqueada. Los reclamos fueron claros: una jubilación que supere la línea de pobreza —en agosto, el haber mínimo será de apenas $314.305—, medicamentos gratuitos y el rechazo al veto presidencial sobre el proyecto aprobado en el Congreso.
Una mujer resumió el espíritu del acto con una frase entre el humo y el caos: “Somos viejos, no peligrosos”.
