La CGT define un paro general en respuesta a la represión y la intervención del Gobierno

La central obrera discutirá la convocatoria a un paro general tras los incidentes en el Congreso y el endurecimiento del Ejecutivo en materia sindical. La medida podría concretarse en abril, antes de Semana Santa.

La Confederación General del Trabajo (CGT) se reunirá el próximo jueves para definir la convocatoria a un paro general en abril. La decisión responde a la creciente tensión con el Gobierno de Javier Milei, agravada por la represión policial a manifestantes, entre ellos jubilados, durante las protestas frente al Congreso. Además, la central obrera rechaza la intervención oficial en las negociaciones salariales y la imposición de topes a los aumentos.

Desde la CGT calificaron la represión como un acto de "crueldad, desprecio y odio" por parte de un Gobierno que busca desarticular la protesta social. "Ante lo que está sucediendo, la CGT evaluará en la próxima reunión de consejo directivo medidas de acción en repudio de la represión", afirmó la cúpula sindical en un documento. Este escenario marca el fin de la tregua entre la dirigencia gremial y la Casa Rosada, que había permitido acuerdos previos para evitar el avance de la reforma laboral más agresiva.

El endurecimiento del sindicalismo también se debe al descontento creciente en sus filas. La incorporación de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) a la CGT, con Alejandro Gramajo al frente y Juan Grabois como referente en las sombras, introduce un nuevo factor de tensión. Este sector, históricamente enfrentado a las políticas de ajuste, podría presionar a la cúpula cegetista para adoptar una postura más combativa

"Vamos a ser respetuosos de que el jueves de la semana que viene vamos a tener una reunión del Consejo Directivo de la CGT" afirmó Héctor Daer en el primer congreso de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), y remarcó: "Pero sí consensuamos todos lo que estamos acá, los vamos a invitar a que nos acompañen a construirlo, es un paro por 24 horas".

Por otro lado, la fractura dentro de la CGT también se profundiza. Pablo Moyano, quien se apartó de la conducción de la central, sostiene que es necesario "combatir el plan económico de Milei" con mayor contundencia. Su alejamiento junto a dirigentes de su línea, como Mario Manrique de Smata, evidencia la división entre quienes buscan el diálogo y aquellos que apuestan por la confrontación directa.

En este contexto, el paro general contaría con el respaldo de las dos vertientes de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) y del sindicalismo de izquierda, que venían exigiendo una respuesta más enérgica ante la crisis social y laboral.

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