La gestión Scioli y su impacto en la relación comercial Argentina-Brasil

En diálogo con diario Hoy, el politólogo Gustavo Marangoni analizó el trabajo que lleva adelante el embajador para lograr estrechar aún más el vínculo comercial pensando a futuro.

El embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, continúa ampliando su agenda de integración con el país que preside Lula Da Silva y en los últimos días realizó importantes anuncios que tienen que ver con exportaciones de diversos productos hacia el gigante de Latinoamérica.

El pasado sábado, mediante su cuenta de X (ex Twitter), el funcionario celebró el récord de exportaciones de lácteos, destacando que durante los primeros siete meses de 2023 los productos como la muzzarella y queso de pasta, se ubicaron en operaciones que superan los 330 millones de dólares, representando un crecimiento del 133% con respecto al mismo período de 2019.

Días más tarde, se mostró orgulloso de contar con un nuevo récord, aunque esta vez con las exportaciones de vino, ya que durante los primeros seis meses se vendieron vinos por más de 41 millones de dólares al mercado brasileño, lo que significó un 80% más que lo que se comercializó el mismo período de 2019.

En tanto, en los últimos días, tal como informó este diario, el funcionario destacó también el logro conseguido con la comercialización de peras, al informar que “el 90% de esta fruta que se consume en Brasil viene de nuestro país”.

En ese aspecto, señaló: “Desde que asumimos la gestión en la embajada argentina en Brasil, nos pusimos un objetivo bien claro, una nueva era de la diplomacia con una impronta ejecutiva y comercial para que los productos argentinos lleguen a cada supermercado brasileño”.

Y estos son solo algunos de los ejemplos que dan cuenta del crecimiento de la relación bilateral, pero la lista es interminable y también se encuentran productos como los langostinos y el pistacho, el fruto seco que en la jornada de ayer alcanzó una exportación de 25.500 kg durante los primero siete meses del año.

De esta manera, en diálogo con diario Hoy, el politólogo Gustavo Marangoni se encargó de analizar el trabajo realizado por el ex gobernador bonaerense en la embajada y habló de la importancia de este tipo de acciones en conjunto con otros países del continente.

El ejemplo a replicar

Según expresó el hombre, “Brasil es el socio de la Argentina por excelencia, porque es nuestro vecino de mayor tamaño”, y detalló: “Son la economía más grande de América Latina, y por imperio de la geografía va a estar siempre ahí y nosotros vamos a estar acá, los países no se mudan”.

En ese sentido, al opinar sobre el trabajo de Daniel Scioli en la embajada, consideró que “el principal mérito de su gestión fue el de haber iniciado la relación en un contexto en el que la relación política entre los dos países no era la mejor”, sin embargo, “él tuvo la inteligencia estratégica de hacer notar que más allá de la situación, la relación es estructural”.

“El intercambio comercial es un aspecto dentro de una dinámica mayor, el Mercosur es fundamental para la Argentina como para cualquier país del mundo es importante su vecino”, prosiguió Marangoni, y aseveró: “Esto sucede en todas las partes del mundo, Estados Unidos hizo lo propio con México y Canadá por ejemplo”.

Por otro lado, partiendo de la base de que “la primera política es la regional, siempre”, el hombre dejó en claro que “la relación con Brasil es el ejemplo a seguir con los otros países”.

En ese aspecto, usó el caso de Paraguay como ejemplo de la importancia de la buena relación con los países vecinos, y señaló: “Paraguay tiene dos grandes centrales hidroeléctricas con los brasileños y con nosotros, y es un país que tiene una capacidad de consumo mucho menor que la que tiene Argentina y Brasil. Por lo tanto, el excedente de energía es una característica fundamental que solamente podría tener sentido en la integración con nosotros y los brasileños”.

“Es imposible pensar a la Argentina fuera del contexto regional. Uno plantea la inserción en el mundo a partir de cómo se integra con los vecinos. No somos una isla”, agregó.

Por otra parte, hablando sobre el impacto que este tipo de políticas tienen en la sociedad, consideró que “por supuesto que estaría bueno que sea algo que la gente tenga más presente, pero no pierde valor por el hecho de no ser así”.

Así, ejemplificó: “En este momento puede haber gente que está concentrada en un microscopio tratando de decodificar la evolución de un virus y tratando de encontrar una cura o una vacuna para eso, y el trabajo de esa persona es igual de valioso por más que nosotros no tengamos la más remota idea de que eso está ocurriendo”.

Pese a esto, el politólogo manifestó que “Daniel (Scioli) tiene un plus con respecto de los otros embajadores porque tiene muy bien incorporado el tema de la comunicación, y puede transmitir bien cada uno de los logros”.

“Pero más allá de eso, aunque esto no tuviera visibilidad, la importancia sería la misma, y es importante destacar que detrás de todo el trabajo hay una gran cantidad de trabajadores que se benefician con las exportaciones y que significa más trabajo para los argentinos”, aseveró.

Pensando a futuro

Con vistas a las definiciones electorales que se darán el próximo 22 de octubre, Marangoni aseguró estar preocupado por el futuro de la Argentina “gane quien gane”, ya que “hay desafíos que son muy difíciles, y no quiero focalizar esto en alguien particular porque quien gane lo va a hacer a partir del voto popular”.

Sin embargo, destacó que es importante tener en claro que quien asuma “va a tener que contar con dotes de director de orquesta, porque va a tener la batuta, pero el director de orquesta no usa la batuta para pegar, sino para dirigir”.

“Me gustaría que el próximo director de orquestas pueda sacar armonías de los instrumentos y no que la utilice para castigar”, concluyó.

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